lunes, 17 de noviembre de 2008

El Coleccionista XV - LA ULTIMA ROLA, por Niko Gadda Thompson

CARTA DE LECTORES

Analogías coleccionables

Terrible piropo de parte del gran Danny Burdman, uno de los pocos privilegiados que han tenido la chance de colaborar en la elaboración, a puertas cerradas, de varios de los shows de “Les Luthiers”, nada menos. ¡Un grosso de mucho cuidao!

Gracias, Nico, por tus Coleccionistas.
Entre los failouts, foreclosures, billones, quiebras, bolsas, inflaciones, recesiones, resoluciones, AFJPs y varias otras mierdas que atacan sin piedad, este “Coleccionista” es equivalente a una linda chimenea, un lugar con nieve, una linda mina en bolas y toda la noche por delante.

Salud y amor, Danny



Más frases de Dalmiro

Esto es lo que me mandó mi prima Morena, la hermana de Jazmín y también sobrina de Dalmiro, cuando recibió el compilado de citas memorables del niño:

¡Jaja, qué gracioso!

Tengo otras:

Te acordás en la navidad del 2007, cuando Lili brindando dijo: “¡Que el año que viene tengamos trabajo y dinero!”

Y Dalmi salto diciendo: “¡No!! ¿Por que mejor no pedís que tengamos dinero sin tener que trabajar?”

Para el cumple Felipe le regalo a Dalmi un Block de hojas; estuvimos haciendo dibujos y yo le enseñé que se llamaba "BLOCK DE HOJAS"
A las dos semanas me dijo: “¿Me das el bloque de ojos?”

Leo le regaló a Dalmi, para su cumple de 6, un muñeco de los caballeros del zodíaco que era de él cuando era chico.
Después de un tiempo, mirando la caja dijo: “Ojalá que algún día me toque este muñeco”, señalando al muñeco malo que estaba en la fotografía con el muñeco de el). Al rato, rectificándose, dijo: “Va... ojalá que le toque a Leo y después, cuando cumpla 7, me lo de a mí.”

Jugando conmigo y con unos muñecos, le digo: “Che, Dalmi, tenés que cuidar tus muñecos; ¿no te gustaría que tus hijos puedan jugar con tus muñecos como vos jugas con los que eran de tu papá?
Dalmiro: "A mis hijos no le van a gustar mis juguetes."
Morena: "¿Por qué?"
Dalmiro: "¡Porque van a salir igual que la madre!!!"

La última rola
Bueno, amigos; sin mucho protocolo ni revuelo al respecto –que se me pianta el lagrimón- les cuento que esta será la última edición del Coleccionista versión “anécdotas de hombres célebres”. Todavía me queda medio libro (es enorme…) y muchas jugosas historias que rescatar, pero ya ha estado bien por el momento. Si se portan bonito, quizás más adelante haya secuela. ¡A gozar!

· Un actor mediocre díjole cierto día al poeta Alexis Pirón (contemporáneo de Voltaire): “Yo quisiera trabajar en una obra en la cual nadie haya trabajado hasta ahora ni nadie pueda trabajar en el futuro.”
“Entonces, respondió Pirón, trabaje en su propio elogio.”

· Un rico y pretencioso cortesano inglés se había echo retratar por el pintor de costumbres William Hogarth (1697-1764). El cortesano era muy feo, y como no le satisfizo el trabajo, rehusó aceptarlo y pagarlo.
- “Milord, dijo sonriendo el artista, si dentro de ocho días usted no paga y retira su retrato, yo le agrego una cola y lo vendo como retrato del demonio en persona.”
Al día siguiente nomás el cortesano mandó pagar y retirar el retrato.

· El destacado escultor italiano Antonio Canova (1757-1822) era muy generoso. Se creía un deber el ayudar a los artistas pobres y se informaba detalladamente de su situación social. Cuando veía que alguien necesitaba de veras ayuda, lo hacía secretamente y sin llamar la atención. Encargaba, por ejemplo, un cuadro o una escultura pagando precios altos, que tal vez no lo valían. Así salvó a muchos artistas de la miseria y fomentó en ellos el ánimo para dedicarse más libremente a su arte.

· Isaac Newton (1642-1727), ilustre matemático, físico y astrónomo inglés, como todo gran pensador era un tipo muy distraído. Un día envió a un amigo una carta por expreso en la que le pidió que se fijara si había dejado su reloj de oro sobre su mesa. Como post-data agregó: “No te preocupes por el reloj. Lo acabo de encontrar en uno de mis cajones.”

· El universal Carlos Gauss (1777-1855) era el matemático más famoso del siglo XIX. A los tres años encontró un error en una cuenta de su padre. Tenía 12 cuando empezó a dudar de la geometría de Euclides, y a los 16 inventó una nueva geometría que ha revolucionado toda la ciencia. Como verán, ya en su juventud se destacaba por sus especiales cualidades y su talento extraordinario. Un día un profesor lo invitó a un paseo por las montañas cercanas. Mientras que descansaban, en una altura de la que podían ver toda la ciudad, el profesor quiso hacer un ensayo con su alumno para comprobar si era cierto lo que se decía de él.
“Allá en la torre de la iglesia, en el centro de la ciudad, hay una mosca. ¿La ve usted?”
“No la veo, contestó inmediatamente el jóven Gauss, pero oigo el ruido que hace al andar.”

· Albert Einstein y Charles Chaplin hablaban mutuamente de las causas de sus respectivas famas.
“No es extraño que usted goce de tanta fama, pues su arte se comprende sin palabras en todo el mundo”, fueron las palabras de Albert.
“Así es, respondió Charles, y usted es igual de famoso porque a pesar de tantas palabras nadie en el mundo logra entenderlo.”

· Paul Cézanne (1839-1906) era un hombre sumamente modesto. Nunca se habría el imaginado que un día sería considerado el padre de la pintura moderna. Los fracasos durante 35 años lo habían hecho más tímido aún de lo que era por naturaleza. Regalaba sus cuadros a amigos y conocidos, los cuales apenas le daban las gracias.
Un comerciante de cuadros de París lo descubrió un día e hizo una exposición de sus cuadros, lo que constituyó una sorpresa para el mundo artístico. El viejo maestro entró en la sala de exposición del brazo de su hijo, y con lágrimas en los ojos miró con asombro sus propias obras.
“Mira -le dijo a su hijo- hasta les han puesto marco”.

· En una reunión de la corte de Berlín, un alto empleado se acercó al famoso pintor Menzel (1815-1905), para pedirle un consejo:
- “Mi hijo mayor es un artista nato. Tiene iguales aptitudes para el pincel y para la pluma. ¿Qué me aconseja usted?”
Menzel no vaciló un momento y dijo:
-En todo caso, escritor, escritor.
- ¿Y por qué cree usted eso?
- Porque el papel es más barato que la tela.

· Juan Augusto Ingres (1780-1867), pintor y francés, tenía 86 años. Un amigo lo encontró un día copiando un cuadro de Giotto.
- “¿Para qué hace usted eso?”, le preguntó sorprendido el amigo.
- “Para aprender”, respondió el maestro.

· Al señor Bernardo de Fontenelle (1657-1757), escritor y filósofo francés, preguntárosle cierto día acerca de la diferencia que había entre lo bueno y lo hermoso. Y el filósofo respondió: “Lo bueno necesita argumentos; lo hermoso, no.”


¡That´s all, amigous! Ya veremos que sigue.

Salud y mucho amor, Niko

martes, 28 de octubre de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

¡Ah, los matasanos!

Una tribu muy especial si las hay en este mundo. ¡Y muy ecléctica también! Están los pobres y los ricos, los altruistas y los interesados, los luchadores y los oportunistas, los versados y los verseros, los que son humanos y los que son demasiado humanos.
Aquí, pues, les va este homenaje a todos los médicos honestos y honorables que se han roto el culo la vida entera salvando al mundo de los resfríos, las fracturas y los taponazos en nuestras sangrientas tuberías. A ellos gracias por prolongar nuestra existencia y cobrarnos por hacerlo hasta dejarnos tiesos. Gracias por darnos esperanza, salud y alguna que otra infección intrahospitalaria. Gracias y de nada. Los queremos pero ojo con sobremedicar ansiolíticos y antidepresivos, que la billetera engorda pero más engorda la locura.
A mis viejos, especialmente. ¡Ellos sí que son legales!

· Coué, cuyos enfermos debían convencerse que estaban cada día mejores, preguntó un día a uno de sus asistentes cómo seguía el paciente.
- Mal, le contestó el médico.
- Nunca debe decir esto. Diga: el enfermo cree que está mal.
A la otra mañana se dirige Coué al asistente y le hace idéntica pregunta, a lo que éste le contesta: “El paciente cree que está muerto”.

· Un médico extranjero visita un sanatorio de Viena. Con mucho interés mira todo y lee también las tablas en las camas de los enfermos, las diversas enfermedades y sus abreviaciones, como Tbc, Appac, etc. Todo lo comprende bien, menos una que dice G.A.W. Pregunta entonces al asistente que le acompaña qué es lo que quieren decir tales iniciales.
- ¿Se trata tal vez una nueva enfermedad?”
- No, señor. Eso significa: “Sólo Dios sabe” (Gott allein weiss).

· El viejo decano Kerzl fue durante muchos años médico de cabecera del emperador Francisco José. Su trabajo no era mucho, dad la salud férrea del Monarca. Kerzl se limitaba cada mañana a saludar al emperador; siempre era recibido por éste, quien le ofrecía un sillón y un buen cigarro. Conversaban un poco hasta que entraba un ministro con una cartera rande, y entonces Kerzl se despedía con una profunda reverencia.
Un día apareció Kerzl como de costumbre, pero el empleado no quizo dejarle entrar, diciendo: “Su majestad no puede recibir hoy al médico porque se siente indispuesto y guarda cama.

· La Academia de Ciencias de Londres había negado la recepción en su seno al botánico y médico H. Hill. Éste se vengó de una manera muy singular. Bajo el nombre falso de un médico de provincia, envió a la Academia una carta en que decía: “Un marinero se quebró una pierna. Casualmente estuve presente. Junté bien las partes quebradas, las vendé con una piola y eché agua alquitranada encima. Después de poco tiempo pudo servirse el marinero de su pierna como antes”.
Mucho se discutió en caso en la Academia; unos estaban a favor, otros en contra. Hasta en los diarios se habló de tales discusiones.
Hill envió entonces otra carta a la Academia que rezaba así: “En mi anterior misiva he olvidado aclarar que la pierna del marinero era de palo”.
Ahora todo Londres reía y se burlaba de la Real Academia de Ciencias, de la cual M. Hill nunca llegó a ser “digno”.

· Un comerciante muy rico pero muy avaro, se presentó en el consultorio del insigne Dr. Knittel. Antes el cliente había averiguado cuánto cobraba el famoso médico por cada consulta: por la primera pedía 20 pesos, y por la siguiente 10. El avaro saludó al doctor como si fuera u viejo paciente ya conocido y le dijo: “Aquí estoy otra vez, Doctor. Tiene que examinarme de nuevo hoy”.
El médico se dio cuente de la astucia del hombre y lo examinó con toda seriedad, diciendo luego: “Amigo, siento mucho que no haya mejoría en su estado.”
Confuso, preguntó el paciente: “Y qué debo hacer, doctor?”
Knittel le dijo: Siga con el mismo tratamiento que le di la última vez.
Después le cobró los 10 pesos, y al despedirse le dijo: “Que se mejore pronto”.

· El célebre médico Frereichs hallábase en una reunión. Su vecina de mesa, una dama muy distinguida que conocía bien los méritos del gran médico, quiso consultarle gratis en esta ocasión. Con muchos detalles le contó el proceso de su enfermedad, y luego le preguntó: “¿Qué me aconseja en este caso, doctor?”
A lo que el interpelado contestó con toda tranquilidad: “Vaya a consultar a un buen médico”.

· S.F. Cristián Hahnemann (1755-1843), fundador de la homeopatía, recibió un día la visita de un rico caballero inglés que necesitaba sus consejos. El ilustre médico lo escuchó, abrió después un frasquito y se lo puso cerca de su nariz, diciendo: “Tome el olor. Bien, está curado.”
El asombrado cliente preguntó cuánto le debía, y Hahnemann dijo: “Mil francos.”
El inglés sacó su cartera, tomó un billete de mil francos y se lo puso al médico debajo de la nariz, diciéndole: “Tómele el olor. Bien, está pagado.”
Y se fue.

· Mientras comía pescado, le queda al señor Miller una espina en la garganta. Rápidamente llaman al médico de la familia, el Dr. Berdenhever. Miller está en peligro de asfixiarse. Urgentemente acude el famoso especialista y con un gesto acertado extrae el “corpus delicti”. Gran alegría reina en la familia, y el señor Miller está entusiasmado con el médico. Lo acompaña hacia el coche y al abrirle la puerta le pregunta cuánto le debe enviar por su trabajo. “Mire, le dice el médico, la tercera parte de lo que usted estaba dispuesto a pagar cuando tenía la espina adentro.

· El Dr. Kussmaull (1822-1902) fue llamado para asistir una señora enferma que estaba bastante grave. Encontrase en casa de la paciente con el médico de la familia y unos cuantos parientes que, como sabía, esperaban una buena herencia. El médico los hizo salir a todos menos a su colega, y examinó detenidamente a la mujer.
Al retirarse el Dr. Kussmaull, uno de lo presentes le preguntó cómo seguía la enferma. El médico dijo: “Prepare con cautela a la familia… la señora pronto estará bien.”

· El famoso profesor de anatomía de Munich, Rüdinger, encontró un día a un estudiante que trabajaba con un bisturí muy poco afilado, reprimiéndole por esto. El estudiante se sintió ofendido y le dijo con cierta burla: “No entiendo nada de afilar cuchillos o navajas. Yo no he sido barbero (Rüdinger lo había sido antes).”
“Ya lo creo, replicó el profesor, si lo hubiera sido, lo seguiría siendo hoy.”

· EL célebre Pasteur tuvo una cuestión enojosa con Paul Cassagnac, duelista veterano, quién envió al sabio sus padrinos. Estos lo encontraron en su laboratorio, dedicado a efectuar un experimento con triquinas.
“¡Ah! ¿Ustedes me traen un desafío del señor Cassagnac?”, preguntó Pasteur sonriendo.
“Muy bien. Como yo soy el desafiado, tengo el derecho de elegir las armas, y elijo éstas.”
Así diciendo mostró a los padrinos dos trozos de salchicha perfectamente iguales.
“Uno de estos trozos contiene gran cantidad de triquina, el otro, no. Como ven, son iguales de aspecto y no se puede distinguir una de otra. El señor Cassagnac elegirá uno y se lo comerá y yo comeré el otro.
Cuando Cassagnac recibió la propuesta, su ira se apaciguó. Renunció al singular duelo y se reconcilió con Pasteur.

· El célebre médico francés Dr. Dumoulin estaba por morir. Varios colegas se hallaban presentes. De pronto se dirige a sus amigos y les dice: “Amigos míos, les dejo aquí después de mi muerte, a tres grandes médicos.”
Todos querían saber quiénes eran estos famosos médicos. Entonces Dumoulin continuó diciendo: “Estos médicos son el agua, los ejercicios y el régimen.”


Salud y mucho amor, Niko

domingo, 12 de octubre de 2008

EL COLECCIONISTA, por los tres bufones

Niko: Mis queridos lanceros, aquí estamos de nuevo con la segunda parte de nuestro compilado ezquizo-neologístico de mi sobrinillo Dalmiro.

Vincent: Gracias a todos los que esperaron pacientemente esta nueva y retrasada edición infanto-pendejil del Coleccionista.

Mitzuca: Que es lo mismo que agradecerles por impacientarse con algo que sólo nosotros podemos darles.

Niko: Sí, eso; alimenten nuestro ego, amigos. Es todo lo que en realidad queremos.

Vincent: ¡Ñam, ñam, ñam!


Sequerto (secreto)

Morto (muerto-monstruo)

Nestik (nesquik)

Hormigas (migas)

Posicional (profesional)

Choclotos (pochoclos)

¡No lo esquivas! (¡No lo escribas!)

¿Qué hije? (¿Qué dije?)

Me condufo (Me confundo)

Aúto (erupto)

La bandera de Verano (la bandera de Belgrano)

Como “viejo” de edad se dice “viejo”, para Dal alguien “joven” es también alguien “nuevo”.

Dalmi le dice a Lili: ¿Te acordás cuando te toqué la pansa y pensé que era la bolsita? (de agua caliente)
Lili dice: Dalmi, ¡hay cosas que mejor olvidar!!
Y Dalmi dice: ¡Hay cosas que no se olviiiidaaan!!!

Lili dice: Escribamos mil.
Dalmi dice: ¿Mil? ¡Eso es mucha plata!

Jugando al ajedrez con Lili.
Ella dice: Con esta pieza te estoy amenazando esta otra pieza. Dalmi, después de un rato, dice: ¿Con esta cuál amaso?

Yo le digo a Sol (una amiga de Jazmín) antes de ir a Alem (de joda), que no me pinto la boca de rojo porque voy a parecer un gato. Dalmi escucha y cuando me voy me da un beso y dice: “¿Sabes qué, Jaz? Si te pintas la boca de rojo no pareces un gato, para parecer un gato tendrías que tener toda la cara con pelos.”

En el tren.
Lili: “Vamos a ver las vacas.”
Dalmi dice: “No, mejor los canguros.”
Más tarde…
Lili: “Esta estación se llama dolores.”
Dalmi: “¿Dolores de qué?”

Dalmi en la bici. Lo está llevando Lili. Lili le cuenta que Jaz está enferma. Dalmi pregunta: “¿Qué? ¿Tiene gérmenes?”

Lili está tomando un té con edulcorante y Dalmi pregunta qué es eso. Lili le dice que es para no engordar. Dalmi dice: “¡Ah, ah, ah! ¡Yo quiero! Porque mirá (se levanta la remera y muestra su panza)”.

Le digo a Dalmi que viene Facu (novio de Jaz, a quien el pequeño admira sobremanera) en un rato. Cuando llega y escucha el auto sale corriendo y dice: ¡Hay, hay, hayyy! ¡Viene Facu! ¡Viene facu! Y sale corriendo a ponerse perfume.

Le digo: Dalmi, contame un chiste.
Me dice: No sé hacer más.

Le digo a Dalmi, jugando, que Umma (la perra) se siente mal, que llame al médico. Agarra un teléfono de mentira y llama. Dice: “Hola, sí; vengan ya que hay un perro enfermo… sí... sí… 1, 1, 5, 8, 33, 6, 44, 5, 8, 44, 5, 12, y 13, 14, 5, 7, 9 y 17. Chau.
Yo le pregunto: “¿Qué es ese número?
Y dice: “¡Nuestro número! ¡El del jardín!!!”

Hablando a la noche con Lilí: “Yo estoy triste porque extraño a Tom (un perro que se murió), darle alimento, jugar...”
Lilí dice: “Te entiendo, porque yo extraño a Praia también (otra perrita que no murió, pero que se cambió de casa).”
Dal dice: “Yo extraño más, porque extraño a Tom que no está; a Praia le falta mucho todavía...”

Dalmi: ¿Por qué hay olor a pescado?
Morena: Porque va a llover.
Dalmiro: ¿Y cuando hay olor a milanesa?

Dalmi nos cuenta en la cena que los chinos no hablan. Sólo dicen: “¡Chon! ¡Chan! ¡Sin!” Y que se entienden sólo entre ellos. Por eso en los DVD´s sólo están las opciones “Inglés” y “Español”.


Los niños y su incisiva lógica aún no contaminada… ¡A quién no le ha pasado de flashear con los pendejations de la familia y sus estrambóticas ocurrencias! Después, claro, viene el cole y su afán de hacer “picada común” con nuestras singularidades. Pero bueno; esa es otra historia. Al menos existen esos 5 ó 6 años donde no nos rompen tanto las pelotas. Algunos ni siquiera tienen ese privilegio.

En fin, como les debemos un lance –y se los vamos a seguir debiendo por ahora- decidimos agregar algunas divertidas recomendaciones en esta sesión del Coleccionista. Si esto le molesta a algún purista remilgado incapaz de aceptar cambios en su rutina, le recomiendo que se fabrique una ballesta estilo francesa, coloque una flecha en la posición de disparo y acabe con su vida de una vez por todas.
Pero no creo que a nadie le moleste, la verdad. Sólo que me gustó el chiste tonto de la ballesta y no lo quise censurar. Ya saben lo pavote que puedo llegar a ser.

Películas:

  • Network (peliculón de los 70 que te rompe la cabeza)
  • Zeitgeist (peli polémica e independiente que anda circulando por la net y te tira una data re grossa)

Ambas son un excelente punto de partida para el debate mental, tanto interno como social. ¡Dale un respiro a Styler y copate con estas, papaaá!

*-FLIA-*
9na. Feria del Libro Independiente y Alternativa Sábado 18 de Octubre de 12 a 00 hs.
La Nueva Esperanza -Fábrica de globos recuperada-
Marcos Paz 2561 - Villa Devoto
Entre Marcos Sastre y Santo Tomé, a una cuadra de Av. Segurola
Bondis que llegan: 47 - 107 - 109 - 124 - 53 - 85 - 114 - 135


Saludito saludón, yo, él y él.

viernes, 26 de septiembre de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

Compilado XII

Esta edición del Coleccionista es muy especial para nosotros porque está dedicada a -y sostenida por- la natural inventiva de uno de los niñacos más queridos por los tres bufones.
Se trata de Dalmiro Campos, un marplatense de pura cepa que anda por estos pagos existenciales hace no más de 6 abriles. Curioso, inquieto y asfixiante como todo niño sano de su generación, Dalmiro es un referente perfecto de la mente infantil y su vehemente capacidad –muchas veces inconsciente- para las formaciones, transformaciones y deformaciones del lenguaje hablado.

Aquí, entonces, un compilado de sus más dignas ocurrencias reunidas todas ellas por la tía Jazmín -joven promesa ella misma- quien supo apreciar estos divertidos neologismos y demás piruetas de la lengua lo suficiente como para estarse atenta durante años, pescarlos al vuelo y después documentarlos. “Bravo, querida”, le decimos desde aquí, ¡y que viva la celebración de toda nueva creación!


Compilado – primera parte:

¿Te tiro el jueguito? (¿te tiro el cuerito?)

Me couiqué (me equivoqué)

La quempu (la compu)

Auamar (el mar)

Motosiqueta (motosicleta)

Rangers magos (reyes magos)

El contol de moto del “bi-hi-ip” (el control remoto del Dvd)

Afafor (alfajor)

Perrón (perdón)

¡Perron y las pelotas! (¡Perdón, las pelotas! enojado)

Paya (playa)

Merdia (mierda)

Jaz dice: “¡Sí, posta!”
Dalmi dice: ¿Posta? ¿Posta qué? ¿Qué es posta?
Jaz dice: “Posta” es “de verdad”.
Dalmi dice: ¡Ahhh! Es “de verdad” en inglés.

"¡Qué lindo el coso este de cocina!" (en el baño, hay un pañuelo pegado en el azulejo y el niño lo ha asociado con una fina decoración que vio en la cocina de su abuela).

¿Qué es esto? (muestra un abrojo con diamantes que tenía una pantufla que parece una ojota y se lo saqué).
¡Es una joya!, le digo.
¿Me lo regalas o te sirve?
Y yo le digo que lo deje ahí o se va a perder.
Me dice: “Pero, Jaz; esto es más que una jota. Es mejor que una de esas jotas comunes.

“¡Jaz! ¡Jaz! ¡Sabes cuánto peso?”, me grita desde arriba. “¡Cincuenta! ¡Un cinco con un cero!”
Yo le digo que es mucho.
Me dice: “Sí, mira”, y se para con un metro al lado.

Felipe (el padre) se va afuera y es de noche. Yo estoy en el living. Dalmi quiere seguir a Feli e irse afuera. Yo le digo: "¡Dalmi, no te vayas! ¡Quedate conmigo que le tengo miedo a los sapos!" (Jaz tiene una dramática e insistente aberración por estos animalillos). El niño vuelve. Se queda parado en la puerta. Respira y me dice: "Jazmín... ¡Los sapos no exissstennn!!!!"

Estamos cenando. Dalmi dice: “Ay, recién vuelvo del mundo del chocolate”.

Adulto X: “Dalmi, atendé el teléfono.”
Dalmi: "¡Pero no se leer!" (en la casa, antes de atender el teléfono, todos revisan primero el número que les da el identificador).

Dice Jaz: “Dalmi, ¿querés venir a bailar a Alem conmigo hoy?”
Dice Dal: "Mmm... dejame que estoy con un cuchillo en la mano.”
(Alem es uno de los points más partuceros de la feliz)

Le digo: Dalmi, ¡sabés cómo se llama tu jardín?
Me dice que no.
Le digo: “Instituto Argentino Modelo”.
Me dice: ¡Noooo!! Es el mismo al que fui cuando tenía tes anios. Que no se llama "Ingistuno Maeno"; se llama “Agentino Moelo”.

Estamos cenando. Pregunta el niño: "Qué es un cacerolaso?" Le digo que es una reunión de la gente que se junta para quejarse del gobierno. Me dice: "Ahhh, a mi mamá y a Victor (actual pareja de la madre) les gusta el gobierno porque lo miran siempre. A mi me aburre..."

Me da un libro (mío): "Si veo ver que esta robado no te hablo más si veo ver que es robado, ¿eh? Hasta mañaanaaaa! ¡Uhhhiiiiii!"

Jugando a que es el profesor y toma lista:
¿Lili?
Presente
¿Jazmin?
Presente
¿Mohena?
No vino, profe.
Y dalmi dice: No, cuando no vienen tienen que decir “despresente"
(Lili es la abuela y Morena es la otra tía)

Yo le digo a mi mamá algo de la "concha".
Aparece Dalmi y me dice: "¿Qué concha? ¿La concha de la loa?"
Y le digo: "¡Nooo, eesssta concha!!", así bien guarango, señalándole mi entrepierna.
Me dice: “¡No! ¡Si esa es la rayita!”

Les dejo la segunda parte de esta fabulosa selección para el próximo capítulo del Coleccionista, muchachos, pues no quiero que se me empachen con tanto material junto.

Salud y mucho amor, Niko

miércoles, 17 de septiembre de 2008

EL COLECCIONISTA, por Vincent Von Streitsen

Compilado XI

¡L´amour, señoras y señores! La luz en la oscuridad. El filo de la navaja. La blanda pulpa de nuestras vidas. Diez citas no me han sido suficientes. Por favor, sepan disfrutar:

  • Siempre hay algo de demencia en el amor. Pero siempre hay también algo de razón en la demencia.
    (Nietzsche, Así habló...)
  • La ciencia de los enamorados consiste en dialogar, dialogar sin que nadie los entienda.
    (Juan Filloy, La Potra)
  • Anhelaba besarla. Le estrechó cálidamente la mano, dio medio vuelta, anduvo calle abajo y regresó a su casa, llena la cabeza de alados pensamientos, recorriendo con la imaginación esa misma senda vertiginosa que han seguido vulgarmente millones, creyéndose, no obstante, únicos, predeterminados, eternamente dichosos.
    (La Ciudadela, A. J. Cronin)
  • El domingo la vi en misa,
    El lunes la enamoré,
    El martes ya le propuse,
    El miércoles me casé;
    El jueves me dejó solo,
    El viernes la suspiré;
    El sábado el desengaño...
    El domingo a buscar otra,
    Porque solo no me apaño.
    (El pipa, La Vorágine, de José Eustabio Ribera)
  • Disponer de amor y no tener a quién dárselo, es peor aún que saber que se te ha secado el corazón.
    (A. V. Figueroa, Olvidar...)
  • Es característica del amor sustentarse en el deseo de alcanzar algo que se codicia más, cuanto más difícil sea de alcanzar. De ahí nace la fuerza y el poderío de la coqueta… para quien amar es sólo dejar que el varón elegido moje sus labios en la fuente del amor sin llegar a beber de ella, condenándole permanentemente a una sed inextinguible…
    Tanto en la literatura como en la vida, la mujer coqueta lo es por uno de varios motivos: narcisismo, frigidez, autocompensación de complejos de inferioridad, timidez sexual, o silenciosa búsqueda del inalcanzable ideal amoroso. Como el gato jugando con el ovillo, la coqueta rehusa lo que se le ofrece y persigue lo que se le escapa. Mas la mujer coqueta no es la mujer sensual. La mujer sensual resiste, pero se entrega; la coqueta cede, pero no se entrega.
    (Dr. Félix Martí Ibáñez, “Mona Lisa no sonríe”, revista MD – abril de 1968)
  • La primera vez que te engañe será culpa mía. La segunda vez que te engañe será culpa tuya.
    (Poverbio árabe)
  • El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
    (Alejandro Dolina, Historias de Amor – Crónicas del Ángel Gris)
  • Y aquello contigo
    Ya no quiero vivir
    Vivir contigo no quiero

    Con la que quiero vivir
    Vivir con ella no puedo
    Porque de ti me acuerdo
    (Versionado de un tema de Camarón de la Isla)
  • La moral secreta, inconfesa y hasta inconsciente, pero innata, de las mujeres, consiste en esto: “Tenemos fundado derecho a engañar a quienes se imaginan que, proveyendo económicamente a nuestra subsistencia, pueden confiscar en sentido suyo los derechos de la especie. A nosotras es a quienes se nos ha confiado; en nosotras descansa la constitución y la salud de la especie, la creación de la generación futura; a nosotras nos incumbe trabajar para ello con toda conciencia.”
    Pero las mujeres no se interesan de ningún modo in abstracto por ese principio superior; solamente lo comprenden in concreto, y cuando se presenta ocasión no tienen más manera de expresarlo que su manera de obrar. En este punto su conciencia las deja mucho más tranquilas de lo que se pudiera creer, porque en el fondo más oscuro de su corazón sienten vagamente que al hacer traición a sus deberes para con el individuo (el cornudo, en este caso), los llenan tanto mejor para con la especie, que tiene derechos infinitamente superiores.
    (Schopenhauer, “El amor, las mujeres y la muerte”)
  • Mantén tus ojos muy abiertos antes del matrimonio, y entreciérralos después.
    (Proverbio anónimo)
  • Nada más casarnos hicimos un pacto. En cuanto a nuestra vida en común decidimos que yo tomaría las grandes decisiones y mi esposa se ocuparía de todas las pequeñas decisiones. Durante cuarenta años nos hemos ceñido a este acuerdo. Creo que es el secreto del éxito de nuestro matrimonio. Sin embargo, lo extraño es que en cincuenta años aún no haya habido ninguna gran decisión que tomar.
    (Albert Einstein)
  • Amaste tanto a alguien como para llorar… no hace falta amarlo para llorar, ¿verdad? 69: ¿Qué pensás de este número? ¡Ay, que pregunta más laaaaca!
    (Guilli Gadda, hermanita leal y femme fatal debora hombres)

Amorosamente, Vincent

viernes, 29 de agosto de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

Compilado X

Largamos esta décima edición del Coleccionista con un compilado re power sobre pintores. Y sucede que estos tíos no sólo son pintores sino que son pintores renacentistas, y no sólo son pintores renacentistas sino que son los mejores pintores renacentistas: Donatello, Leonardo Da Vinci y Miguel Angel.
Queríamos al menos una de Rafael para completar así a las cuatro tortugas ninja, pero no conseguimos ninguna que le hiciera justicia y el caprichito no era lo suficientemente grosso como para traicionar a nuestro refinado gusto. Así que optamos por otro ilustre contemporáneo conocido entre sus pares como el “Veneciano”.
Aquí, sin más, los dejo con estos maestros de la tela, tipos increíbles que si viviesen hoy seguro serían amigos de Mick Jagger y almorzarían langosta en sus islas privadas y esas cosas:

· Andrés del Verrocchio era artífice, pintor, tallador y músico. En su taller y bajo tan excelente maestro hizo Leonardo da Vinci (1452 – 1519) sus primeros aprendizajes. Cuenta la leyenda que encargaron a Verrocchio una tabla que representara a San Juan bautizando a Cristo. Leonardo pintó en la misma tela un querubín que sostenía sus vestidos, y era tan perfecto y sobresalía de tal manera que avergonzado Verrocchio de que un aprendiz lo aventajara de ese modo, renunció a la pintura.

· En el año 1503 creó Leonardo su inmortal retrato de Monna Lisa, esposa de Francesco dal Giocondo. La encantadora sonrisa de esta señora había fascinado al artista y él quería eternizarla, fijándola en el lienzo para la posteridad. Por eso hizo rodear a su modelo por cantores y artistas para alegrarla y hacerla reír. Dicen que consideró alcanzado su propósito después de muchos años de trabajo.

· El célebre Leonardo pintaba “La Última Cena”, obra cumbre de su genio pictórico, y hacía un tiempo que estaba buscando un modelo adecuado para la noble figura de Cristo. Un día vio en el coro de una iglesia a un joven llamado Pedro Bandinelli, cuyos rasgos principales tomó para el Cristo de su cuadro. Dos años más tarde recorría Leonardo una de las calles de mala fama en busca de un modelo para Judas. Al fin descubrió a un joven cuyos rasgos revelaban la perversión completa. Cuando el artista quiso empezar a pintar, el joven se echó a llorar amargamente. Se reconocía en el Cristo de la Cena: se llamaba Pedro Bandinelli.

· Donatello fue hombre de confianza de los Medicis, ordenando todas las antigüedades que ellos tenían en su palacio. Vasari dice de él: “Era desprendido, amable y cortés; más atendía a sus amigos que a sí mismo; jamás le interesó el dinero y el suyo lo guardaba en un cesto colgado del tablero en que trabajaba, y de donde todos sus amigos y ayudantes sacaban según sus necesidades.

· Miguel Angel (1475 – 1564) era rico, pero vivía como un mendigo; era famoso, pero trabajaba como si tuviera que empezar la lucha. Dormía pocas horas y se levantaba temprano, trabajando hasta muy avanzada la noche. La luz de su estudio se apagaba siempre tarde, luz que era rara pues la había inventado él. Cansado de cambiar siempre el lugar de la vela que echaba sombras, se hizo un bonete de un material duro con un agujero en el medio. Allí metía la vela y podía trabajar sin interrupción.

· Un amigo de Miguel Angel le observó cierto día que sus estatuas de conocidas personalidades no les eran suficientemente parecidas, como por ejemplo la de los Medicis.
- Pierda cuidado, le contestó el maestro; después de mil años ya nadie se dará cuenta.

· Con ánimos de darles una buena lección a los críticos “indiscutidos” de su entorno y época, Miguel Angel hizo una vez una estatua magnífica, le dio cierto barniz de antigüedad y, después de romperle un brazo, la enterró en un sitio donde se iba a edificar. Poco tiempo después, al comenzar los cimientos del futuro edificio, encontraron la estatua que fue la admiración de todos. En opinión de los peritos, aquella era indiscutiblemente una obra de Fidias. Llegó entonces Miguel Angel con el brazo que faltaba y lo aplicó a la estatua, y al ver que se ajustaba exactamente, todos tuvieron que reconocer que era obra suya.
Pronto comenzaron a escasear las alabanzas y a multiplicarse las críticas.

· Miguel Angel Buonarrotti es una de los más grandes artistas de la humanidad. A él debemos la cúpula de San Pedro, los frescos de la Capilla Sextina, su majestuoso David y su inigualable Moisés. Muchos años después de la muerte de este genio, se descubrieron dos figuras en la barba de esta última escultura: una, la del Papa Julio II, quien fuera su protector; la otra, un retrato de él mismo.
El Moisés impresiona por su soberbia figura y su fisonomía irritada que encierra energía y voluntad. El mismo Miguel Angel, al ver su obra maestra terminada la cual parecía tener alma y vida, exclamó: ¡Habla! Y, entusiasmado, golpeó con el martillo que aún tenía en la mano, una rodilla, y por poco la partió.

· El inmortal pintor veneciano, cuyo nombre rima y es Ticiano (1477 – 1576), había dado un banquete. Cuando los invitados supieron que en su preparación había gastado poco, se burlaron de él y de su fiesta. El pintor decidió vengarse, entonces invitólos a una segunda fiesta. Todos acudieron, esperando que fuera más brillante que la primera. A la hora de la comida vino Ticiano y pronunció estas palabras: “Vosotros no apreciáis la reunión amable sino el costo de la fiesta. ¡Mirad! Aquí tengo yo una túnica, regalo del Emperador Carlos V y que vale 5.000 ducados (algo así como el triple en los dólares de hoy en día), y este cuadro recién terminado.” En ese instante echó ambas cosas al fuego. “Espero, continuó, que ahora estéis contentos con la fiesta y sus gastos. Ya podéis iros. Ha terminado.

· Ticiano pintaba, poco antes de morir, cuadros que rivalizan con los de su mejor época. Ejemplo de ello es “La coronación de espinas”, una de sus obras más importantes. Estaba entonces tan présbita que después de varias pinceladas debía retroceder un poco para ver el efecto de su trabajo, lo que le molestaba mucho. Un día lo encontró uno de sus discípulos muy triste. “Amigo, le dijo, temo que me estoy poniendo viejo”. Acababa de cumplir los 98 años.

Unos grossos de verdad. No como tanta gilada actual que se la da de guapa pintando manchitas de colores y mariconadas por el estilo. En fin, basta de sermonear al mundo como si el mundo me estuviese escuchando.

Salud y mucho amor, Niko.

EL COLECCIONISTA, por Mitzuca Chinycó

Compilado IX

La vagancia no se cansa de asombrarnos con sus pícaras estratagemas. Y es por eso que aún no hemos podido terminar el lance hebdomadario que hace tanto les debemos. Como verán, la vagancia es mala. ¡Mala vagancia! ¡Sit! ¡He dicho “sit”! Ah, ¿ni pelota? ¡A la cucha, perra sucia! Meándose en la alfombra de la laboriosidad… ¡qué cosa esta vagancia!
En fin, hasta ahora veníamos haciendo “lance – coleccionista – lance – coleccionista” y así todo muy prolijito, pero ya ven: romperemos –también- esta regla, más por falta de rigor productivo que por meditada rebeldía. Así y todo, y ahora que lo pienso, es una regla bastante estúpida.

Aquí les va, entonces, una ‘compilasáun’ de cuestionamientos religiosos provenientes de los más díscolos pensadores.

Atención: No apto para creyentes impresionables:

· Las mentes teológicas se ocupan tanto de la salvación, y tan poco de la felicidad, que todo lo que nos pueden decir sobre el futuro es que habrá un cielo muy vago, y cuando les interrogamos acerca de lo que haremos allí y como seremos felices en el cielo, solo tienen ideas de las más vagas, como lo de que cantaremos himnos y usaremos túnicas blancas…
¿Hemos de pugnar y bregar cuando estemos en el cielo, como deben presumir, estoy muy seguro, los que creen en el progreso y el espíritu de empresa? Pero, ¿cómo podemos pugnar y progresar, si ya seremos perfectos? ¿O vamos a holgazanear y a no preocuparnos, y nada más? En ese caso, ¿no sería mejor que aprendiéramos a holgazanear en esta tierra, como preparación para nuestra vida eterna? (Lin Yutang, La Importancia de Vivir)

· La idea del celibato de los clérigos me parece especialmente buena porque tiende a eliminar cualquier propensión hereditaria al fanatismo. (Carl Sagan, Contacto)

· En lo que respecta al núcleo central de la mayoría de las religiones, es decir la existencia de la propia divinidad, el problema no estriba en que yo no pueda saber si existe o no existe sino en que ni siquiera resulta comprensible qué es lo que ha de existir o no. (Fernando Sabater, Diccionario Filosófico)

· Pues hay que admitir que aunque Cristo no fuera más que el sujeto de una gran leyenda, el hecho de que esta leyenda haya podido ser imaginada y querida por estos bípedos sin plumas que solo saben que nada saben, sería tan milagroso (milagrosamente misterioso) como el hecho de que el hijo de un Dios real fuera verdaderamente encarnado. Este misterio natural y terreno no cesaría de turbar y hacer mejor el corazón de quien no cree. (Humberto Eco, ¿En qué creen los que no creen?)

· Donde no percibas ningún lamento sobre la mortalidad y sobre la condición de miseria del hombre, tampoco sentirás ningún canto en loor de los dioses inmortales y felices. Solo las lágrimas del corazón humano que se evaporan hasta el cielo de la fantasía, dan origen a la formación nebulosa del ser divino. (Feuerbach, La Esencia de la Religión)

· A cada minuto me pregunto lo que podría ser yo a los ojos e Dios. Ahora sé la respuesta: nada. Dios no me ve, Dios no me oye, Dios no me conoce. ¿Ves ese vacío por encima de nuestras cabezas? Es Dios. ¿Ves esa brecha en la puerta? Es Dios. ¿Ves ese hueco en la tierra? También es Dios. El silencio es Dios. La ausencia es Dios. Dios es la soledad de los hombres. Estaba yo solo; yo solo decidí el Mal; solo, inventé yo el bien. Fui yo quien hizo trampa, yo quien hizo milagros, yo quien me acuso hoy, solo yo puedo absolverme; yo, el hombre. Si Dios existe, el hombre es nada; si el hombre existe... (Goetz, El diablo y Dios, Sartre)

· No os habíais buscado aún a vosotros mismos: entonces me encotrasteis. Así hacen todos los creyentes; por eso vale tan poco la fe. (Nietzsche, Así habló Zarathstra)

· Porque si los hombres creen que esta tierra es el único cielo, tanto más procurarán hacer un cielo de ella. (Sir Arthur Keith)

· La superstición es la ilusión de lo permanente. (W. Allen, Deconstructing Harry)

· Dios es negra. (Alan Watts)


Y Mitzuca un capo.

Que el barba los bendiga, Mitzuca.

viernes, 15 de agosto de 2008

EL COLECCIONISTA, por Vincent Von Streitsen

Compilado VIII

Amigos coleccionistas, ¡al fin otra selección de divertidas anécdotas! Tenemos aperitivo y bajativo a cargo de dos fastuosos escribidores que escoltan nuestro plato fuerte compuesto por compositores, valga la pedorra redundancia.
Los dejo entonces, sin más chistes idiotas que agregar, con esta nueva serie de pequeños milagros históricos.
Enjoy!

· Molière (1622-1673) era enemigo de todos los médicos. Un día que estaba enfermo de cierto cuidado, llamaron a un médico sin que él lo supiera.
- Está el médico, le avisaron con el consiguiente asombro de Molière.
- Dígale que hoy no puedo recibirlo -replicó este- porque estoy enfermo.

· Un día caluroso, Jacinto Benavente (1866-1953) -el comediógrafo español- estaba escribiendo bajo un árbol de su quinta en Galapagar, cuando pasaba uno de los aldeanos y le dijo:
“Hola, don Jacinto. ¿Descansando?”
“No, trabajando”, contestó él.
Otro día, el mismo aldeano lo encuentra con una pala en el jardín, cavando, y le dice:
“Ah, don Jacinto. ¿Trabajando?”
“No -le replica esta vez el escritor- estoy descansando”.

· Siendo todavía niño, Beethoven (1770-1827) solía improvisar en el piano o en el violín, olvidándose completamente del mundo. Más de una vez su madre lo hacía volver en sí, cuando iba a llamarlo a comer. Un día que lo estaba buscando, lo encontró solo en una pieza tocando el violín, abismado en sus melodías. Asustada, la madre vio cómo una araña se dejaba caer, desde el cielorraso, sobre el niño que estaba en el medio de la pieza. Acercase ella y tirando la araña lejos la mató luego con el pie. Lleno de ira, el joven músico arrojó el violín a los pies de su madre y nunca más tocó ese instrumento. La muerte de la araña, su única compañera que le escuchara en su soledad y a la que había encantado con su arte, le afligió muchísimo.

· Robert Schumann (1810-1856), que estudiaba en la Universidad de Heildelberg, estaba siempre en deuda. Una vez que se encontraba en un gran aprieto, se dirigió a su tutor con estas palabras: “Querido tutor, mándeme urgentemente dinero; de otra manera tendré que ir por ocho días a la cárcel”.
El tutor, el buen señor Riedel, le respondió: “¡Ocho días de arresto! ¡Cuánta expectativa! Esos días de reposo y tranquilidad le serán muy útiles para componer buena música”.
Con esto, el tutor no le mandó lo que le pedíay Schumann fue a la cárcel. A este reposo memorable debemos varias hermosas canciones que compuso durante esos días melancólicos y tranquilos, como su solícito tutor se lo había pronosticado.

· E cierta ocasión se encontraron los dos genios Haydn (1732-1809) y Mozart (1756-1791). El joven y chistoso Mozart se dirigió al maestro y le dijo:
“Le apuesto seis botellas de vino que voy a componer una pieza de música que usted no podrá tocar a primera vista.
Haydn aceptó la apuesta, Mozart escribió rápido unas notas en el papel. Haydn se sentó al piano y empezó a tocar, pero de pronto se detuvo y dijo:
“Mis dos manos se hayan ahora en los dos extremos del piano. ¿Cómo puedo entonces tocar esta tecla que está justamente en el medio? ¡Es imposible!”
Sonriendo, Mozart se sentó al piano y con sus dos manos tocó las notas de los extremos, mientras que la del medio la tocó con su nariz, ganando así la apuesta.

· El inolvidable director de orquesta Arturo Nikisch (1856-1922) daba un concierto en Budapest. En el programa figuraba la Obertura Leonora Nº3, de Beethoven, en la que el trompestista ejecutaba un aire militar que debe oírse como venido de lejos. Para ello debe colocarse entre bastidores, mas como no había lugar, Nikisch lo mandó a la última galería del teatro, que por necesitar algunos arreglos estaba cerrada al público. Cuando el director dio la señal para comenzar, el instrumentista empezó, pero se oyeron sólo algunos sonidos, que fueron interrumpidos súbitamente. Nikisch pudo salvar la situación dando al segundo corneta la señal de continuar con el pasaje lo que hizo a entera satisfacción. Después de terminar el concierto, el director se fue furioso al otro músico y le pidió explicaciones de lo ocurrido.
-Yo no tengo la culpa –dijo el músico con toda calma- allá arriba hay unas oficinas donde trabajan varios empleados. Cuando empecé a tocar, vino uno que me arrancó el instrumento y me dijo: “¿Estás loco? ¿Cómo puedes tocar aquí la trompeta? ¿No sabes que ahí abajo, en el teatro, Nikisch está ando un concierto?” Y, llevándose mi instrumento me dejó plantado.

· Cuando Giaccomo Puccini (1858-1924) aún no era conocido, le preguntó un día un amigo:
- ¿No ha compuesto otra obra últimamente?”
- Eso de componer hoy en día es un asunto bastante difícil. Cuando le viene a uno una idea, no tiene papel; cuando la ha escrito, no encuentra editor; habiendo encontrado un editor, no paga; una vez impresa la música, nadie la compra; y si la compra no la sabe tocar; y si la sabe tocar, no le gusta…

· El pianista vienés Pablo Wittgenstein (1887-1961) perdió el brazo derecho durante la Gran Guerra. Varios famosos músicos, amigos y compañeros, entre ellos Ravel y Strauss, escribieron y dedicárosle composiciones especiales que él ejecutaba con la izquierda, de una manera tan magistral que muchos no se dieron cuenta de su defecto.

· Un periodista preguntó al padre de Pierino Gamba, quién contando con tan sólo 8 años llegó a dirigir la Orquesta de París, cuándo se había dado cuenta del talento extraordinario de su hijo.
- Cuando lo llevé a los cuatro años al jardín zoológico.
- ¿Ya entonces quería él dominar con su arte a los leones?
- No, en absoluto. Yo le había contado que lo leones a veces se escapan de las jaulas y devoran a la gente.
- ¿Y qué hizo entonces Pierino?
- Nada. Solamente me preguntó qué tranvía tendría que tomar para ir a casa si un león se escapaba y me comía.

· “¿Está Mr. Rudyard Kipling en casa?”, pregunta una señora a la sirvienta al abrir ella la puerta. El famoso escritor (1865-1936) estaba en su pieza y tenía la puerta entornada, pudiendo escuchar así lo que hablaban afuera.
- No quisiera molestarle –dijo la visita- si es que estuviera trabajando.
- ¿Trabajando? –dijo la mucama. El señor Kipling nunca trabaja. Se lo pasa todo el día haciendo garabatos en el papel.

lunes, 28 de julio de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

Compilado VII

Carta de lectores

RESTOS DE CORDONES INÚTILES, por Juan José López

¿Prolijo y ordenado, Monsieur Montesquieu?, ¿Y qué me dices del Dr. Halfón?

Yo conservo todo según su tamaño, todo lo que me voy encontrando, sea en cajones, cajas o botes, sin ningún orden o previo cálculo invertido, es un puto síndrome de Diógenes que me domina y me zambulle cada día con más furia.

Al leer esta nueva entrega del coleccionista, debo confesar que se trata de una de las mejores, al menos en mi modesta opinión, no he podido por menos que exclamar EN LA VIN COMPAE!!!! Signo evidente del placer que me provocó dicha lectura.

"EnLaVinCompae" es una expresión muy común, que usan los gitanos del barrio del Albaicín y de toda la Vega de Granada, y que viene a decir “En La Virgen, Compadre”, señal inequívoca de que algo ha causado admiración.

Salud y mucho amor, algunos euros también.

RESPUESTA BUFONESCA, por Niko
Me alegro mucho que le haya gustado, señor Lopez; y sepa que, por más ira que le provoque, pertenece usted a una selecta línea de chiflados. El día que abandone este loco mundo, Montesquieu, Halfón y muchos otros se sentirán muy honrados de recibirlo en sus respectivas nubes -o cavernas flameantes según sea el caso- para comparar sin distinción tanto los incunables como las nimiedades que ustedes hayan sabido coleccionar.
Así que no se detenga en la tarea, mi amigo. Ya que no puede frenar tal compulsión, al menos intente humillar con su obsesión irrefrenable, las de aquellos que le precedieron.
Lo saluda atte. Niko

Parece que gustaron las anécdotas, y nos alegramos por ello. Mas hoy no sale revancha sino que haremos entrega de la clásica lista de citas extraídas de mis archivos. La verdad es que a ninguno de los tres nos dio ganas de ponernos a copiar de un libro otras diez nuevas historias, por más resumidas que estén. Prometemos rescatarnos para la próxima.

Ahí les van, pues, unos sorrentinos de ciencia básica con salsita de religión, arte y mundana realidad:

· La ciencia natural no describe ni explica la naturaleza, simplemente es parte de la interacción entre ésta y nosotros mismos. (Heisenberg)

· El dibujo no es la forma sino la manera de ver la forma. (Degas)

· Si un pueblo está persuadido de que un creador supremo está en el origen del mundo y determina su futuro, eso significa que existen leyes y un porvenir discernible. Correspondía, pues, a los sabios el descifrar esas leyes divinas... La aparición de la ciencia moderna en occidente, en el siglo XVII (Newton), está en consonancia con la teología de la época (Prigogine, relativista)

· Neurocráneo proporcionalmente grande, cara corta (poco desarrollada), pelo escaso, etc. El embriólogo Louis Bolk afirmaba en 1926 que un humano adulto era un feto con capacidad reproductora, o dicho mas técnicamente, lo que es únicamente un estado de transición en la ontogenia de otros primates, se ha convertido en el hombre en el estado terminal del desarrollo. Somos “pedomorfos”, o sea, con forma de niño. (J. L. Arzuaga, El Enigma...)

· El hombre de las cavernas, con sus mandíbulas formidables, su cara de simio, su frente aplanada, no puede considerarse nunca como una degeneración sino como el brazo formidable, como el tipo avanzado dentro de su medio que se impuso al resto de las fieras y que nos abrió a los de ahora el campo para asentar nuestra dominación sobre el resto de la fauna. (Arciniegas, América Tierra Firme)

· Por un proceso de condicionamiento, el niño adquiere palabras, y las palabras, en tanto pueden ser sustituidas por cosas y situaciones concretas, le dan el poder de manipular su ambiente sin necesidad de ejecutar los movimientos explícitos y reales. Esto es lo que significa pensar: un hombre piensa – efectúa reacciones verbales implícitas – exactamente como la rata realiza movimientos musculares explícitos en un laberinto. Las palabras del hombre y las fugas precipitadas de la rata a través del laberinto son actividades mediante las cuales el animal logra adaptarse a una situación para la cual carece, al principio, de respuesta adecuada. La gran ventaja del pensamiento consiste en ser más económico, en parte porque comprende una porción mucho más pequeña de la musculatura corporal, y en parte porque se puede ensayar implícitamente una línea de acción sin el riesgo, la pérdida de tiempo y de esfuerzo y el posible desastre que se podría provocar durante la conducta explícita. (concepto que Watson, padre del conductismo, tenía sobre el pensamiento)

· Frente a la infinita riqueza del mundo material, los fundadores de la ciencia positiva seleccionaron los atributos cuantificables: la masa, el peso, la forma geométrica, la posición, la velocidad. Y llegaron al convencimiento de que "la naturaleza está escrita en caracteres matemáticos", cuando lo que estaba escrito en caracteres matemáticos no era la naturaleza, sino la estructura matemática de la naturaleza. Perogrullada tan ingeniosa como la de afirmar que el esqueleto de los animales tiene siempre caracteres esqueléticos.
Pero como la ley matemática confiere poder y como el hombre tiende a confundir la verdad con el poder, todos creyeron que los matemáticos tenían la clave de la realidad.
Y los adoraron, tanto más cuanto menos los entendieron. (Sábato, Hombres y Engranajes)

· Muchachos vanidosos, de risa nerviosa; muchachos serios que se dedicaban de lleno a convertirse en científicos. Ocupados como estaban en su afán por sondear las profundidades de la naturaleza, eran casi desvalidos en las cuestiones de la vida diaria en la que, pese a toda su erudición, resultaban seres patéticos y poco profundos. (Carl Sagan, “Contacto”)

· Algún experto ha señalado que el ser humano puede llegar a reducirse a ser un gigantesco sistema sensitivo al servicio de las computadoras. (José Antonio Marinas, Teoría de la inteligencia creadora)

· Los animales mordidos por los perros se vuelven rabiosos porque a causa de su bestialidad, que los sitúa a al mismo nivel que los caninos, adquieren necesariamente la rabia por analogía. El hombre, cuya naturaleza es diferente y alejada de la bestialidad, no tiene una analogía tan propicia a contraer el mal. Ello hace que no todos los hombres que han sido mordidos contraigan necesariamente la rabia, sino que muchos, por su temperamento favorable, o no lo contraen, o curan de ella. (Gerolamo Procastoro, médico renacentista)

Salud y mucho amor, Niko

jueves, 24 de julio de 2008

EL COLECCIONISTA, por los tres Cabrones

Compilado VI

Acaba de caer en nuestras manos un incunable de la puta ostia. Se llama “2000 anécdotas de hombres célebres”, está compilado por un tal Pablo Schneider, fue editado por Guadalupe (Buenos Aires) en el año 1955 y es un verdadero alud de pequeñas genialidades que te van embriagando el cerebro una detrás de la otra sin parar.
Aquí, la primera de una serie de compilaciones (seguimos con la tradición de 10 en cada entrega) que integrarán, esporádicamente, las filas del “Coleccionista”.

· Sófocles (495-406 a.C.), el más célebre de los poetas trágicos griegos, contaba en cierta oportunidad que tres de sus versos le habían costado tres días de trabajo. “¡Tres días!”, exclamó un poeta mediocre que lo estaba escuchando. En ese mismo lapso yo hubiera compuesto cien. “Es cierto, respondió Sófocles, pero no habrían vivido más de tres días”.

· El poeta italiano Petrarca (1304-1374) escribía muchos de sus versos en el chaleco de cuero que llevaba puesto. Los bordes y las mangas de esa prenda de vestir hallábanse llenas de anotaciones.

· Dante Alighieri (1265-1321), el poeta más grande de Italia, nació en Florencia. Debido a algunas injustas acusaciones fue desterrado del suelo florentino. Murió en Ravena, donde se conservan sus restos en la Iglesia de San Francisco. Cada vez que los florentinos piden a los de Ravena los restos del poeta, éstos responden: Si no supisteis guardarlo en vida, menos os lo entregaremos muerto.

· Durante el tiempo que estuvo preso (1572-1576), Fray Luis de León fue un perfecto modelo de resignación cristiana. Luego de proclamarse su inocencia, puede decirse que su retorno a Salamanca adquirió contornos de triunfo, pues “no hubo persona, ni en la universidad ni en la ciudad toda que no saliese a recibirlo”. Se dice que al reanudar la exposición de sus clases, y cuando todos esperaban que desahogaría su natural violento contra los detractores, comenzó con esta famosa frase: “Decíamos ayer…”
Sublime fórmula del olvido evangélico de los agravios, y reflejo evidente de la grandeza y elevación de su alma.

· El poeta y filósofo inglés Alexander Pope (1688-1741) había criticado repetidas veces, en sus artículos periodísticos, las inútiles discusiones de los parlamentarios. Cierto día, al cruzar una calle, se encontró con uno de esos parlamentarios a quienes habían sido dirigidas sus críticas. Éste, al ver al poeta, que era de pequeña estatura y contrahecho, exclamó con tono despectivo: “¡Quisiera saber para qué sirve este hombre deforme!”
“Para obligaros a caminar derecho”, respondióle el poeta sin inmutarse.

· David Hume (1711-1776), filósofo, historiador británico y autor de la “Historia de las revoluciones de Inglaterra”, recibió por esta obra diez mil libras esterlinas que le permitieron retirarse a Edimburgo, su ciudad natal.
Su editor le solicitó, en varias oportunidades, que continuara ese trabajo que había empezado a publicar, pero Hume encontraba siempre excusas para no hacerlo. Como el editor siguiera insistiendo, alegando que los lectores reclamaban la terminación de esa “Historia…”, Hume le contestó: No puedo acceder a sus deseos por cuatro motivos: porque soy demasiado viejo, demasiado gordo, demasiado perezoso y demasiado rico.

· Después del estreno de “Oreste” la mariscala de Luxemburgo le escribió a Voltaire una carta de cuatro páginas llenas de observaciones críticas sobre su drama. Voltaire le contestó con una sola línea: “Señora, Oreste se escribe sin “h”.

· El escritor y crítico alemán G. Efraín Lessing (1729-1781), relató en cierta ocasión la siguiente anécdota a sus amigos: “Aquella noche fue de mala racha para nosotros. Sólo uno ganaba. Todos los demás perdíamos continuamente”. Entonces uno de los presentes sugirió: “¿Por qué en vez de apostar por el dinero no jugaban por el honor?” “Así lo hicimos al principio, pero después nos pareció demasiado poco y aumentamos la base en dos monedas de oro”, terminó diciendo Lessing.

· Un inglés fue a Escocia para conocer el lugar de nacimiento del historiador Thomas Carlyle, preguntando a uno de aquel lugar si había conocido personalmente a ese hombre. “Sí, sí, dijo el campesino, siempre viajaba a Londres y escribió muchos libros. Pero usted debería haber conocido a su hermano. En todo este distrito nadie tenía chanchos tan gordos como él.

· El publicista francés Montesquieu (1689-1755) era sumamente ordenado y prolijo. Después de su muerte encontraron todas, aún las más insignificantes: cartas, tarjetas de visita, láminas, todo. En una caja hallábase escrita la siguiente leyenda: “Restos de cordones completamente inútiles”.

Esta última anécdota fue seleccionada especialmente para honrar a nuestro querido y difunto proveedor, el doctor Raúl David Halfón, un viejito solterón que vivía en pleno Palermo y tenía una suculenta biblioteca llena de extravagancias, entre las que se encontraba el libro que aquí hemos presentado.
Además de incansable lector, el hombre era uno de esos coleccionistas acérrimos que compran cosas compulsivamente, nunca las usan y jamás se desprenden de las mismas. Hace un par de semanas, y con el consentimiento del hijo de su eterna enamorada, el honorable Daniel Burdman (amigo incondicional de los bufones), revisamos el departamento y encontramos de todo: una ecléctica colección de zapatos para hombre, otra de discos de pasta, de peines, de pipas, de llamadores de puerta, de cámaras de foto, ¡hasta una colección de Winkofones! y un largo, largo etcétera. Como hiciera Montesquieu con su correspondencia, Halfón jamás tiró ninguno de sus periódicos y, al mejor estilo de los “restos de cordones completamente inútiles”, tenía una caja llena con, por lo menos, 200 maquinitas de afeitar descartables sin usar…

Todo un personaje don Raulito. Décadas de ardua acumulación hicieron de su guarida personal un museo secreto e inverosímil, por y para él mismo.
Así y todo, la vida se abre camino; y como dice el viejo dicho: “colecciona y acumularás, que cuando mueras de todo aquello algún cabrón se aprovechará”.

Salud y mucho amor, tres de esos cabrones.

EL COLECCIONISTA, por Mitzuca Chinycó

Compilado V

Citas sobre la risa, las travesuras y el arte de simular:

· A descansar de racionales van los hombres a los convites. Por la alegría y la delectación se dilata el corazón con cuyo movimiento extiende el rostro y la parte contigua a la boca que llamamos laringe, de donde viene la risa. Además, internamente, ésta se origina en el diafragma, donde se halla el asiento principal de la hilaridad, como se observa en el cosquilleo de los sobacos, donde va a parar. Según dice el Rey Sabio: Un corazón alegre sirve de medicina, un espíritu triste desea los huesos.” (Tratado del Alma, por Luis Vives, humanista español del siglo XVI)

· Tal vez yo sepa bien porqué es el hombre el único que ríe: él sólo sufre tan profundamente que ha tenido que inventar la risa. (Nietzsche)

· Siempre es gracioso cuando le ocurre a otro. (Drew Carey, “Who´s line is it any way”)

· Para la conciencia pasiva del instinto no existe la palabra fechoría; pues el instinto no se queja nunca de haber sido satisfecho. (Filloy, La Potra)

· Vestidos de harapos, sucios, agresivos, mal hablados, fumadores de puchos, eran los dueños de la ciudad, a la que conocían totalmente, a la que amaban totalmente... eran sus poetas. (Jorge Amado, Capitanes de la Arena)

· El deleite de las pequeñas malicias nos ahorra más de una gran maldad. (Nietzsche, Asi habló Zarathustra)

· Quien logre hacerte enojar te ha vencido. (anónimo)

· Simule usted un robo en unos almacenes y haga que le descubran (sino ¿dónde estaría el juego?). ¿Cómo persuadir al servicio de vigilancia de que se trataba de un hurto simulado?, no existe diferencia "objetiva" alguna. Se trata de los mismos gestos y de los mismos signos que en un robo real y, además, los signos no se inclinan ni de un lado ni de otro. Para el orden establecido son, sin duda, signos pertenecientes a la esfera de lo real.
Organice usted un falso hold-up. Asegúrese de que sus armas sean totalmente inofensivas y utilice un rehén cómplice a fin de que ninguna vida sea puesta en peligro (pues de lo contrario acabara en la cárcel). Exija un rescate y procure que la operación alcance la mayor resonancia. En suma, intente que el asunto resulte "verdadero" para poder poner a prueba la reacción del sistema ante un simulacro perfecto. No va usted a lograrlo: su red de signos artificiales se liara inextricablemente con elementos reales (un policía disparara de verdad; un cliente del banco se desvanecerá y morirá de un ataque cardiaco; puede que incluso le paguen le rescate). Total, que sin haberlo querido se encontrará usted inmerso en lo real, una de cuyas funciones es precisamente la de devorar toda tentativa de simulación, la de reducir todas las cosas a la realidad. Este es precisamente el orden establecido, y lo era ya mucho antes de la puesta en juego de las instituciones y la justicia.
La parodia (la simulación), al hacer equivalentes sumisión y trasgresión, comete el peor de los crímenes, pues anula la diferencia en que la ley se basa. El orden establecido nada puede en contra de esto, está desarmado ya que la ley es un simulacro de segundo orden mientras que la simulación pertenece al tercer orden, más allá de lo verdadero y de lo falso, mas allá de las equivalencias, más allá de la distinciones racionales sobre las que se basa el funcionamiento de todo orden social y de todo poder. (Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro)

¡Y les dejo también dos perlitas sobre nosotros, los burgueses idealistas!

· Más juguetes somos los burgueses que vivimos de espaldas al los relojes de sol, midiendo las horas en molinillos de Suiza; que cambiamos el paso de la luna por calendarios de papel y que creemos poseer el mundo porque lo hemos dibujado en una carta mural. El mundo se nos ha ido de entre las manos. (Arciniegas, A.T.F.)

· Mirad: yo divido a los hombres en tres categorías; los que tienen mucho dinero, los que no tienen ninguno y los que tienen un poco. Los primeros quieren conservar lo que tienen; su interés está en conservar el orden. Los segundos quieren tomar lo que no tienen; su interés está en destruir el orden actual y establecer otro que les sea favorable. Unos y otros son realistas, gentes con las que uno puede entenderse. Los terceros quieren derrocar el orden social para tomar lo que no tienen, pero conservándolo a la vez para que no les quiten lo que tienen; entonces, conservan en el hecho lo que destruyen en la idea, o bien destruyen realmente lo que fingen conservar. Éstos son los idealistas. (Sastre, El banquero, El diablo y Dios)

Adiós Don Pepito y también Don José, Mitzuca.

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

Compilado IV

El siguiente es un popurri de atrevidos pensamientos que se divierten toqueteando a dos o tres de los grandes temas: educación, corrupción, justicia... Si les aburre, los entiendo. A mi también me aburren muchas cosas.
Considérenlas, al menos, como guirnaldas filosóficas para decorar sus exposiciones y trabajos prácticos. La cita justa en el momento indicado queda muy canchera en todos los ámbitos –menos, tal vez, en la mitad de una culeada- y te hace figurar como el capo que vos sabes que no sos.
Así que pasen y buen provecho. La mía la quiero de muzza con jamó.

· Aquí estaba el curso de la vida otra vez; una nueva riada de la vida dando fe de su paso. “Por aquí paso la vida – me dije -; detrás, más detrás, vendrá la Historia espigando los lugares por donde la vida discurrió. Este es el sino de los humanos; morir, desaparecer, mientras la médula de sus hechos les sobrevive.” (Miguel Delives, “La Sombra del Ciprés es Alargada”)

· En una época acelerada en que “el academicismo de la ruptura” está de moda, los verdaderos revolucionarios posiblemente sean quienes retoman el ritmo lento en el que se desarrolla la vida, que les permite escuchar mejor la voz de las herencias. Enseñar consiste en tejer esos lazos entre los antiguos y los nuevos. Sobretodo, en transmitir esa herencia cultural que confiere al hombre el poder de comprender una realidad compleja así como de renovar un mundo sobre cuyo destino tenemos una grave responsabilidad común. (extraído de “Saber, Educación y Jerarquías”, por G. Jaim Etcheverry, La Nación 6/8/00)

· Y en todas partes reina una prisa indecorosa, como si se hubiera perdido algo por el hecho de que el joven a los 23 años no esté todavía pronto a dar una respuesta a la “cuestión principal”: ¿Qué profesión? Una especie superior de hombres, dicho sea con permiso, no ama las “ocupaciones”, precisamente porque sabe como ocuparse...Tiene tiempo, se toma tiempo, no piensa en “llegar pronto”: con treinta años es un hombre en el sentido de la cultura más alta, un principiante, un niño. (Nietzsche, “El Ocaso...”)

· Mi petición para le futuro no es que al intelectual se le remunere espléndidamente: el intelectual no debe sentarse en la mesa de los ricos ni rodearse de lujo, debe ser un poco asceta...pero tampoco ha de ser burlado, sino tenido en estima, y debe proveérsele de lo mínimo material, más o menos como en la época de la cultura claustral el monje podía vivir sin necesidad de poseer bienes y en la medida de su rendimiento participaba de la gloria y la autoridad de su Orden religiosa. La orden de los intelectuales no debe ser propiamente una aristocracia, la aristocracia se funda en la herencia, y el espíritu no es heredable físicamente. (H. Hesse, Lecturas para Minutos)

· Me encontré de regreso en la ciudad sepulcral donde me molestaba la vista de la gente apresurándose por la calles para sacarse un poco de dinero unos a otros, para devorar sus infames alimentos, para tragar su insalubre cerveza, para soñar sus insignificantes y estúpidos sueños. Se entrometían en mis pensamientos. Eran intrusos cuyo conocimiento de la vida era para mí una irritante pretensión, porque yo estaba seguro de que era imposible que supieran las cosas que yo sabía. Su conducta, que era simplemente la conducta de individuos vulgares ocupándose de sus negocios con la certeza de una perfecta seguridad, era ofensiva para mí, como ultrajantes ostentaciones de insensatez ante un peligro que es incapaz de comprender. (J. Conrad, “El Corazón de las tinieblas”)

· La corrupción es el síntoma de una desorganización del sistema de delegaciones, de los controles de las delegaciones. Porque la corrupción, hay que decirlo, es universal. Los que se discuten son los controles. Cuando decimos que un sistema esta sano es porque los controles funcionan. Es la manera de organizar las cosas la que puede dar resultados positivos, y no la suma de virtudes o de virtuosos...La manera en que componemos la orquesta es la que determinara como va a sonar, y no la virtud de cada uno de los músicos. (German García, entrevista para La Nación del 17 de febrero del 2002)

· Solo se destinan abultados presupuestos para publicidad cuando no hay diferencia entre los productos. Si los productos fueran realmente distintos, la gente compraría el mejor. La propaganda le enseña al hombre a no confiar en su propio criterio, a comportarse como un estúpido. (C. Sagan, “Contacto”)

· Un movimiento revolucionario que no advierta lo que hay de trascendente en su sociedad no está maduro para reemplazarla. (Sábato, “Tres Aprox...”)

· El rico, en definitiva, es el que permite que el otro conserve la distancia como único bien. (Jorge Elías, La Nación)

· ¿El colmo de la justicia no consiste acaso en mostrarse ecuánime con los inicuos? (Papini, El Diablo)

Salud y mucho amor, Niko

EL COLECCIONISTA, por Vincent Von Sreitsen

Compilado III

No estoy de humor para introducciones, por lo que intentar hacer una sería cometer una burrada a conciencia, y eso no me es propio. Las irracionalidades se las dejo a Mitzuca.

· A la gente le gusta aprender, pero no le gusta que le enseñen. (Gilbert H. Grosvenor, primer editor de la N. Geographic)

· La erudición no es más que el polvo que cae desde una biblioteca en un cráneo vacío. (Ambroce Bierce, Diccionario del Diablo)

· La civilización, en lo que atañe al espíritu, es regresiva. (personaje de Miguel Delibes, “La sombra del ciprés es alargada”)

· Esa liebre no nos protege de la muerte y de las miserias que nos rodean, pero cazarla sí nos protege de pensar en ello. (Blaise Pascal)

· La esperanza es el dolor que sientes, que te lleva a intentarlo otra vez. (anónimo)

· Nadie puede hacerte sentir inadecuado sin tu permiso. (Eleanor Roosevelt)

· A mí me gusta siempre recordar la definición que da Heidegger en El ser y el tiempo: cuando estamos en una situación inquietante queremos la seguridad, pero la seguridad termina aburriéndonos, y entonces soñamos con la aventura, pero eso nos conduce a la incertidumbre que nos angustia. De manera que nos pasamos la vida oscilando entre una seguridad que nos aburre y una incertidumbre que nos angustia. (G. García, La Nación 17 de febrero del 2002)

· No se sabe nunca cuando se nace: el parto es una simple convención. Muchos mueren sin haber nacido, otros nacen apenas, otros mal, como abortados. Algunos, por nacimientos sucesivos, van pasando de vida en vida, y si la muerte no viniese a interrumpirlos, serían capaces de agotar el ramillete de mundos posibles a fuerza de nacer una y otra vez, como si poseyesen una reserva inagotable de inocencia y de abandono. (Juan José Saer, El Entenado)

· Cualquier camino es tan solo un camino y no es ninguna ofensa, ni para uno mismo ni para los demás, abandonarlo si así se lo dicta su corazón…Mire y observe todos los caminos de cerca y deliberadamente. Hágalo tantas veces como usted crea necesario. Después, pregúntese a sí mismo, y sólo a sí mismo, lo siguiente… ¿Tiene este camino un fundamento? Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene, no sirve para nada. (Carlos Castañeda, “Las enseñanzas de Don Juan”)

· La vida no es más que un cuento, lleno de sonido y de furia, contado por un idiota y que significa nada. (Shakespeare o Hamlet, como prefieran)

EL COLECCIONISTA, por Mitzuca Chinycó

Compilado IIPresenta Vincent Von Streitsen

En esta oportunidad, la “caza” de citas ha sido ejecutada por el señor Mitzuca, quien nos presenta un colorido grupo de frases ideadas por un colorido grupo de notables provenientes de las más diversas calañas. Rebeldes, orgullosos, libre pensantes, ¡ilustres borrachines la gran mayoría!, humanos, sensibles e imperfectos todos ellos, aquí los dejo con algunos de sus más recordados pensamientos. ¡Bon appetit!

· Creo que pronto llegará el momento en el que, mediante un método de pensamiento paranoico activo, será posible sistematizar la confusión y contribuir a la total desacreditación del mundo real. (Salvador Dalí)

· La solemnidad es el peor de los síntomas intelectuales, la señal de alarma de que ya se ha cesado de entender. (Sabater, Diccionario Filosófico)

· La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son. (Winston Churchill)

· Tal como va el mundo, todos los que no somos imbéciles necesitamos estar un poco locos. (Alejandro Casona, Los Arboles Mueren de Pie)

· - Bueno, ya tuve un hijo, conquisté al mundo y planté un árbol, Laurita, ¿cuál era el otro?
- No, en vez de conquistar al mundo era escribir un libro.
- ¿Ves lo que te digo? Soy un inútil. Hago todo mal.
(Mateo Ingouville, “Muerta sos hermosa”)

· Mas sea verdad o sueño,
Obrar bien es lo que importa.
Si fuere verdad, por serlo,
Sino, para ganar amigos
Para cuando despertemos. (Calderón de la Barca, La Vida es Sueño)

· El verdadero motivo de viajar debe ser para perderse y ser desconocido. Viajar es vagabundear, o no es viajar. (Lin Yutang, La Importancia de vivir)

· Anduve mucho, y para que no me perdiese, el cielo me seguía a todas partes. (R. Igarzabal)

· Ya no sé dónde estoy ni que hago, solo se que estoy donde quiero y hago lo que me gusta. Es bastante para un solo hombre. (Pablo Arias, artista y amigo)

· No hay camino para la paz. La paz es el camino. (Mahatma Gandhi)

La semana próxima, otra entrega de “El coleccionista” -por fin- a mi cargo. No nos engañemos: los últimos serán los últimos, pero al verdadero ganador le chupa un huevo.

Lean mucho, cojan lindo y lloren a moco tendido. Todo eso está muy bien.

Estertóricamente, V.V.S.

martes, 15 de julio de 2008

EL COLECCIONISTA I, por Niko Gadda Thompson

Cuando era niño coleccionaba estampillas… sí, así de nardo era. Después me aburrí de los cuadraditos filatélicos (en realidad me dijeron que coleccionarlos era de nardo) y empecé a coleccionar cajetillas de cigarrillos. Más tarde –y gracias al boom importador de principios de los 90- vinieron las latas de aluminio. Las tenía de todos los colores y tamaños. Llegué a las 500 a lo mínimo. Tampoco eran tantas, pero si consideramos que las reuní en poco más de doce meses, está bastante bien.

Hoy tengo 30 años y con el tiempo me di cuenta que coleccionar, cualquier cosa, ¡es de nardo irrecuperable! Pero sobretodo de gente que encuentra una satisfacción especial en la acumulación de objetos, lo que es lo mismo que decir que sufrirían deshaciéndose de ellos. A esta afección la llamo “manía coleccionable”.

Hace ya quince años que vengo recopilando citas de todo aquel que haya pronunciado (generalmente escrito, pero no siempre) algo digno de ser recuperado, o mejor, resguardado del olvido. No sé si una cita es un objeto o si trasciende al menos el concepto de “idea”. Poco importa, pues coleccionables son, y yo he adquirido la manía con ellas.

Lo de que soy un nardo por fin lo he superado (lo soy y a mucha honra) y me da igual lo que se pueda decir al respecto de la imposibilidad de los coleccionistas de dejar que las cosas caigan en el olvido. Después de todo, coleccionar es archivar, y archivar es también una manera de olvidar, sólo que despojada del “miedo a perder” (aquello verdaderamente traumático) puesto que uno olvida con la tranquilidad de que está ahí, escondido pero presente; capaz de ser recuperado en cualquier momento.

Como se imaginarán, después de 15 años de coleccionar citas, tengo unas cuantas y algunas de ellas son tan suculentas (e independientes de cualquier contexto innecesario) que valen la pena recuperar de aquel olvido temporal a las que fueron sometidas.

Aquí, entonces, una selección de mis más preciadas posesiones referidas al arte, y al arte de hacer arte:

1- El poeta que se dedica a escoger y ubicar sus palabritas en medio de un mundo que mañana puede quedar destruido, hace exactamente igual que las anémonas, prímulas y otras flores que ahora se abren en todas las praderas. En medio de un mundo que acaso mañana quede anegado en gas venenoso, ellas forman cuidadosamente sus ojitas y cálices, con cinco o cuatro o siete pétalos, regulares o dentados, todos igualmente bellos. (H. Hesse, “ Lecturas para minutos”)

2- No hay literatura nacional y literatura universal. Hay literatura profunda y literatura superficial. Eso es todo. (Sábato, “Tres Aproximaciones...”)

3- Es asombrosa esa manera que tenéis los soñadores de no ver claro más que lo que está lejos. (Alejandro Casona, “Los Árboles Mueren de Pie”)

4- La arquitectura y las artes plásticas son el ordenamiento acabado y armónico de la luz, y no otra cosa. (Gaudí)

5- El artista… apela a nuestra capacidad de deleite y asombro, a los sentidos del misterio que rodean nuestras vidas; a nuestros sentimientos de piedad, y de belleza, y de dolor; al latente sentimiento de camaradería con toda la creación –y a la sutil pero invencible convicción de solidaridad que entrelaza la soledad de innumerables corazones…-, a los muertos con los vivos y a los vivos con los que aún no han nacido. (Joseph Conrad, en el prefacio de “The Nigger of the Narcissus”)

6- Objetivamente, no hay ninguna relación entre el arte y la moralidad, por la simple razón de que el arte es arte y la moralidad es moralidad, y por la misma razón por la que no hay relaciones entre la moralidad y la verdad. La moralidad, de todos modos, en tanto es el esfuerzo por elevar la vida humana, por darle un valor humano, tiene por lo tanto relaciones con toda la vida humana. Y la vida humana incluye al arte y la verdad. (Fernando Pessoa, “Erostrato”)

7- Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil en tanto que no la admire. La única disculpa de haber hecho una cosa inútil es admirarla intensamente. Todo arte es completamente inútil. (O. Wilde)

8- La ironía, la autocrítica incesante, la incongruencia, la imaginación al servicio de nadie. (Método literario propuesto por Cortázar en Rayuela)

9- Trasladar la mirada a otra percepción es viajar, llevar a todos con uno es arte. (Pablo Arias, en una carta - 2001)

10- Lo que es usted, príncipe, lo es por casualidad. Lo que yo soy, lo soy por mí mismo. Príncipes ha habido miles, y los habrá todavía. Beethoven solo hay uno. (fragmento de una carta de Ludwig al príncipe Lichnowsky)

La semana próxima, otra entrega de “El coleccionista” a cargo de Mitzuca Chinycó.

Salud y mucho amor, Niko