martes, 8 de septiembre de 2009

El coleccionista de citas XVIII - SOBRE ALLEN Y DEMÁS IDIOTAS, por Niko G. Thomspon

Si se fiјan bien, notarán que las citas de Allen aquí reunidas son ideales para quedar como un duque tanto con sus fanáticos como con sus detractores. Pues eso es lo que tiene este hombrecillo neurótico además de pelirrojo: nos gusta lo que es tan odioso de su parte: su elocuente sinceridad que nos recuerda siempre una cosa: lo absurdo de nuestra existencia, el banal forcejeo con el destino que siempre gana y por una única razón: somos todos unos tremendos idiotas. Woody lo sabe muy bien. Y algunos de los que lo acompañan en este compilado probablemente lo supieran aún mejor todavía.

Bienvenidos a una nueva edición del Coleccionista; el que no se escondió se embroma:

· Nuestra juventud es decadente e indisciplinada. Los hijos no respetan ni escuchan ya los consejos de sus mayores. El fin de los tiempos está cerca. (labrado en piedra en Caldeo hace más de 4000 años)

· Hay dos tipos de personas: los buenos y los malos. Los buenos duermen bien, pero los malos parece que se la pasan mejor cuando están despiertos. (Woody Allen)

· Siempre habrá una batalla entre sexos porque hombres y mujeres quieren cosas diferentes, los hombres quieren mujeres y las mujeres quieren hombres. (Georges Burns)

· Prefiero no conocer gente agradable para no tener que tomarme el trabajo de caerles bien. (Woody Allen)

· De la única cosa que el mundo nunca se va a cansar es de la exageración. (Dalí)

· El sexo entre dos personas es una cosa hermosa; entre cinco es fantástico. (Woody Allen)

· El resultado directo, legítimo e inmediato de la conciencia es la inercia, o sea, el afán premeditado de no hacer nada. (Dostoyevski, “Apuntes del Subsuelo”)

· La vida transcurre entre lo horrible y lo miserable; aunque si uno tiene suerte, tan sólo es bastante triste. (Woody Allen)

· El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo. (Voltaire)

· Inventad, pues, el amor que soporte no solo todos los castigos, sino también todas las culpas. Inventad, pues, la justicia que absuelve a todos, excepto a los que juzgan. ¡Mas cómo voy yo a querer ser radicalmente justo! ¡Cómo puedo dar a cada uno lo suyo! Básteme esto: yo doy a cada uno lo mío. (Nietzsche, Así habló Zarathustra)

· Me lo quedé mirando, perdido en el asombro. Allí estaba, delante de mí, en su traje de colores, como si hubiera desertado de una trouppe de saltimbanquis, entusiasta, fabuloso. Su misma existencia era algo improbable, inexplicable y a la vez anonadante. Era un problema insoluble. Resultaba inconcebible ver cómo había conseguido ir tan lejos, cómo había logrado sobrevivir, por qué no desaparecía instantáneamente. “Fui un poco más lejos”, dijo, “cada vez un poco más lejos, hasta que he llegado tan lejos que no sé cómo podré regresar alguna vez. No me importa. Ya habrá tiempo para ello. Puedo arreglármelas. Usted llévese a Kurtz pronto, pronto…” El hechizo de la juventud envolvía aquellos harapos de colores, su miseria, su soledad, la desolación esencial de sus fútiles andanzas. Durante meses, durante años, su vida no había valido lo que uno puede adquirir en un día, y allí estaba, galante, despreocupadamente vivo, indestructible según las apariencias, sólo en virtud de su juventud y de su irreflexiva audacia. Me sentí seducido por algo parecido a la admiración y la envidia. La aventura lo estimulaba, emanaba un aire de aventura. Con toda seguridad no deseaba otra cosa que la selva y el espacio para respirar y para transpirar. Necesitaba existir, y moverse hacia delante, hacia los mayores riesgos posibles, y con los más mínimos elementos. Si el espíritu absolutamente puro, sin cálculo, ideal de la aventura, había tomado posesión alguna vez de un ser humano, era de aquel joven remendado. (Pasaje de “El Corazón de las Tinieblas” de Joseph Conrad)

Fe de ratas desmemoriadas:

Revisando el material publicado en los Coleccionistas anteriores, me topé con un error que merece ser rectificado: En el compilado número IX, Mitzuca comenta que el Sr. Allen –en boca de un personaje interpretado por él mismo- decía que la “superstición es la ilusión de la permanente”. Pues bien, el otro día volví a ver Deconstructing Harry y el protagonista no habla de superstición, sino de “tradición”, lo cual tiene mucho más sentido. Por favor, sepan disculpar a este anciano nipón en la última recta de su despreocupada existencia. Cuando le comenté de su falta, me gritó insultos irreproducibles y me persiguió un par de metros con su bastón en alto. Así y todo, lo conozco al geronte malagradecido y estoy seguro que en el fondo siente un gran alivio al saber que aquí estamos aclarando semejantes errores en el campo del conceptualismo.

Salud y mucho amor, Niko

P.D. Aprovechamos esta mutua molestia digital para saludar ruidosamente a nuestros queridos lectores shilenos, o sea, a ⌡uanito y su amada (si sos shileno y no te nombré, hacénoslo saber que somos tipos muy vanidosos). Salud con Pisco, hueones culeaos!

lunes, 13 de julio de 2009

El Coleccionista de citas XVII - UNA DE ESCRITORES, por Vincent Von Streitsen

Según creo recordar, esta no es la primera vez que dedicamos un “Coleccionista” a la labor de los escritores. De algo estamos seguros: no será la última. A continuación una selección de citas sobre esta solitaria y universal manera de escaparle a la vida; la mejor, sin dudas, para comprenderla.

· El arte literario es el arte de abreviar. (Anton Chejov)

· La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido. (Borges)

· Cómo es mejor el verso aquel que no podemos recordar. (Virgilio Expósito)

· No puede haber sino borradores. El concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio. (Borges, Discusión - 1932)

· ¿Qué más se le puede enseñar a una persona que ya conoce las 27 letras del abecedario, que ya sabe cuál es la forma de concatenarlas para formar palabras en su idioma materno, y que no le está vedada la manera en que cada una de esas palabras, unidas, forman ideas? Eso es todo lo que hay en la literatura, y viene gratis en la escuela primaria. Lo demás es intransferible.

Aunque los folletos de los talleres (literarios) y los programas impresos de la Facultad de Letras lo oculten, no todo el mundo aprende a escribir historias mediante el método de la enseñanza. Por ejemplo, una persona que no sabe contar una anécdota con algo de gracia en una sobremesa jamás podrá narrar decentemente. Alguien que desconoce las bases inmorales de la seducción no logrará nunca envolverte con su prosa. Ni tampoco sabrá engañarte con un buen cuento aquel que va siempre, en la vida diaria, con la verdad por delante.

El asunto pasa por tener algo interesante de lo que hablar, lograr seducir impunemente y ser un mentiroso cabal: éste es el trípode con el que se debería sostener, solita, cualquier historia digna de ser contada. El que no tiene nada interesante que decir no es escritor, es político; el que no sabe seducir tampoco es escritor, es mimo; y el que no sabe mentir cuando escribe es periodista y —para mal de males— de un periódico independiente. (Hernán Casciari, en su blog “Orsay”)

· No es verdad que las calamidades conduzcan el arte. Pero es indispensable hacer saber a todo el mundo que para ser artista hay que pagar un alto precio. Debe uno resignarse a estudiar las arduas cuestiones técnicas. Debe uno sufrir y hacerse mala sangre allí donde otros pasan de largo. Debe uno aprender a ver secretas señales donde nadie ha visto nada. Debe uno atormentarse cuando siente que hay un verso que no será capaz de escribir nunca. Debe uno seguir ciegamente misteriosos llamados que conducen casi siempre a la desdicha. Debe uno pelear contra el destino, aún sabiendo que será derrotado.

Después –si tiene suerte- es probable que obtenga fama y dinero. Pero ya no le importará demasiado. (A. Dolina, Crónicas...)

· Si al final, cuando termina la obra, el autor piensa que hizo lo que se propuso, la obra no vale nada. (Borges, Diálogos)

· A un escritor puede estarle permitido inventar una fábula pero no la moraleja. (Rudyard Kipling)

· La compañía de un libro es muy peligrosa, pues precisamente porque la literatura nos permite nada menos que comprender la vida, nos deja afuera de ella. (Enrique Vila-Matas, para La Nación)

· Vida y muerte le han faltado a mi vida. De esa indigencia, mi laborioso amor por estas minucias. (Borges)

Espasmódicamente, Vincent

P.D. Los errores en el tamaño de la fuente y/o la señalización por puntos de cada cita no son debidos a una posible distracción de quién aquí les escribe (mi personalidad obsesiva compulsiva jamás me lo permitiría). La causa habrá que clasificarla como uno de los tantos misterios que la tecnología nos regala con su acostumbrada e irracional deferencia. Por favor, sepan disculpar. (Esto lo escribió el amigo Vincent para la edición en formato "gacetilla cibernética")

sábado, 4 de julio de 2009

El Coleccionista XVI - SALUD MENTAL, por Los tres bufones

Para todos aquellos que creían que nos habíamos olvidado, y para todos aquellos que creemos se olvidaron también, el coleccionista de citas se encuentra otra vez entre nosotros.

¡Así es, mis queridos amigotes ciberfrenéticos! Las boludeces que se dijeron por ahí y nos han resultado propias, volverán a ser vomitadas en forma de compilados para vuestro excéntrico deleite.

Hoy les ofrecemos como entradita picante un humilde homenaje al mundo de la salud mental, y en especial a uno de sus máximos exponentes: el fabuloso Sigmund, efectivamente. De más está decir que los tres nos sentimos íntimamente ligados a este mundo.

Sin más parloteo, vamos para allá.

  • Que hay de malo en masturbarme; simplemente tengo sexo con alguien que amo. (Woody Allen, Anie Hall)

  • Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra es serlo. (Freud, nos gustaría saber en dónde…)

· Así, en la relación entre el hombre y la mujer, el deseo es humano si uno desea no el cuerpo sino el deseo del otro... se desea un cuerpo que desea, no se desea un cuerpo de cualquier manera. (Hegel, cita de O. Umérez)

· El egoísmo no encuentra un límite más que en el amor a otros, el amor a objetos... La libido se apoya en la satisfacción de las grandes necesidades individuales y elige como primeros objetos aquellas personas que en ella interviene. En el desarrollo de la Humanidad, como en el del individuo, es el amor lo que ha revelado ser principal factor de civilización, y aún quizá el único, determinando el paso del egoísmo al altruismo. (Freud, Psicología de las masas y análisis del yo)

· El deseo es incompatible con la conservación, es incompatible con el bienestar del sujeto, y el deseo no conduce a la felicidad; nos conducirá a la realización del deseo pero no a la felicidad. (Osvaldo Umérez, “deseo-Demanda, Pulsión y Síntoma”)

· Lo que en el sentido más estricto se llama felicidad surge de la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión, y de acuerdo con esta índole sólo puede darse como fenómeno episódico. Toda persistencia de una situación anhelada por el principio de placer sólo proporciona una sensación de tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución. (Freud, El malestar en la cultura)

· Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese único sentido es indispensable buscar a la Primer Novia. El hombre sabio deberá cuidar –eso sí- el detenerse a tiempo, antes de encontrarla. (A. Dolina, Crónicas del Ángel Gris)

  • Prefiero evitar concesiones a la cobardía. Nunca se sabe a dónde se irá a parar por ese camino; primero uno cede en las palabras y después, poco a poco, en la cosa misma...por último, el que puede esperar, no necesita hacer concesiones. (Freud, sobre el término pulsión sexual en “Sugestión y Libido”)

· Cuando la realidad inhóspita, peligrosa, dolorosa e insostenible, o cuando el placer y el deseo no encuentran su plena satisfacción en el mundo material, el yo se refugia dentro de la realidad interna, buscando amparo o satisfacción sustitutiva en sueños, acciones mágicas, mitos, formaciones religiosas, realizaciones creativas y artísticas o aun en la alucinación y el delirio, es decir, en los reinos de la ilusión y la fantasía... Freud nos recuerda que las fantasías son el alimento de los sueños nocturnos y diurnos, de los mitos, de los síntomas, y que constituyen, por supuesto, los elementos esenciales sobre los cuales el arte descansa... Las fantasías y la realidad psíquica forman también la mentalidad profunda de los pueblos. (Roberto Doria Medina Eguía, escritor y psicoterapeuta)

· La muerte es la compañera del Amor. Juntas gobiernan el mundo... biológicamente cada ser viviente, no importa cuán intensamente bulla su vida en él, anhela el Nirvana, anhela el cese de la “fiebre de la vida”, anhela retornar al seno de Abraham. El deseo puede ser disfrazado por circunloquios variados. Sin embargo, el último objetivo de la vida es su propia extinción. (Freud, entrevista por George Viereck)

Esperamos lo hayan disfrutado, Vincent, Niko y Mitzuca.

lunes, 17 de noviembre de 2008

El Coleccionista XV - LA ULTIMA ROLA, por Niko Gadda Thompson

CARTA DE LECTORES

Analogías coleccionables

Terrible piropo de parte del gran Danny Burdman, uno de los pocos privilegiados que han tenido la chance de colaborar en la elaboración, a puertas cerradas, de varios de los shows de “Les Luthiers”, nada menos. ¡Un grosso de mucho cuidao!

Gracias, Nico, por tus Coleccionistas.
Entre los failouts, foreclosures, billones, quiebras, bolsas, inflaciones, recesiones, resoluciones, AFJPs y varias otras mierdas que atacan sin piedad, este “Coleccionista” es equivalente a una linda chimenea, un lugar con nieve, una linda mina en bolas y toda la noche por delante.

Salud y amor, Danny



Más frases de Dalmiro

Esto es lo que me mandó mi prima Morena, la hermana de Jazmín y también sobrina de Dalmiro, cuando recibió el compilado de citas memorables del niño:

¡Jaja, qué gracioso!

Tengo otras:

Te acordás en la navidad del 2007, cuando Lili brindando dijo: “¡Que el año que viene tengamos trabajo y dinero!”

Y Dalmi salto diciendo: “¡No!! ¿Por que mejor no pedís que tengamos dinero sin tener que trabajar?”

Para el cumple Felipe le regalo a Dalmi un Block de hojas; estuvimos haciendo dibujos y yo le enseñé que se llamaba "BLOCK DE HOJAS"
A las dos semanas me dijo: “¿Me das el bloque de ojos?”

Leo le regaló a Dalmi, para su cumple de 6, un muñeco de los caballeros del zodíaco que era de él cuando era chico.
Después de un tiempo, mirando la caja dijo: “Ojalá que algún día me toque este muñeco”, señalando al muñeco malo que estaba en la fotografía con el muñeco de el). Al rato, rectificándose, dijo: “Va... ojalá que le toque a Leo y después, cuando cumpla 7, me lo de a mí.”

Jugando conmigo y con unos muñecos, le digo: “Che, Dalmi, tenés que cuidar tus muñecos; ¿no te gustaría que tus hijos puedan jugar con tus muñecos como vos jugas con los que eran de tu papá?
Dalmiro: "A mis hijos no le van a gustar mis juguetes."
Morena: "¿Por qué?"
Dalmiro: "¡Porque van a salir igual que la madre!!!"

La última rola
Bueno, amigos; sin mucho protocolo ni revuelo al respecto –que se me pianta el lagrimón- les cuento que esta será la última edición del Coleccionista versión “anécdotas de hombres célebres”. Todavía me queda medio libro (es enorme…) y muchas jugosas historias que rescatar, pero ya ha estado bien por el momento. Si se portan bonito, quizás más adelante haya secuela. ¡A gozar!

· Un actor mediocre díjole cierto día al poeta Alexis Pirón (contemporáneo de Voltaire): “Yo quisiera trabajar en una obra en la cual nadie haya trabajado hasta ahora ni nadie pueda trabajar en el futuro.”
“Entonces, respondió Pirón, trabaje en su propio elogio.”

· Un rico y pretencioso cortesano inglés se había echo retratar por el pintor de costumbres William Hogarth (1697-1764). El cortesano era muy feo, y como no le satisfizo el trabajo, rehusó aceptarlo y pagarlo.
- “Milord, dijo sonriendo el artista, si dentro de ocho días usted no paga y retira su retrato, yo le agrego una cola y lo vendo como retrato del demonio en persona.”
Al día siguiente nomás el cortesano mandó pagar y retirar el retrato.

· El destacado escultor italiano Antonio Canova (1757-1822) era muy generoso. Se creía un deber el ayudar a los artistas pobres y se informaba detalladamente de su situación social. Cuando veía que alguien necesitaba de veras ayuda, lo hacía secretamente y sin llamar la atención. Encargaba, por ejemplo, un cuadro o una escultura pagando precios altos, que tal vez no lo valían. Así salvó a muchos artistas de la miseria y fomentó en ellos el ánimo para dedicarse más libremente a su arte.

· Isaac Newton (1642-1727), ilustre matemático, físico y astrónomo inglés, como todo gran pensador era un tipo muy distraído. Un día envió a un amigo una carta por expreso en la que le pidió que se fijara si había dejado su reloj de oro sobre su mesa. Como post-data agregó: “No te preocupes por el reloj. Lo acabo de encontrar en uno de mis cajones.”

· El universal Carlos Gauss (1777-1855) era el matemático más famoso del siglo XIX. A los tres años encontró un error en una cuenta de su padre. Tenía 12 cuando empezó a dudar de la geometría de Euclides, y a los 16 inventó una nueva geometría que ha revolucionado toda la ciencia. Como verán, ya en su juventud se destacaba por sus especiales cualidades y su talento extraordinario. Un día un profesor lo invitó a un paseo por las montañas cercanas. Mientras que descansaban, en una altura de la que podían ver toda la ciudad, el profesor quiso hacer un ensayo con su alumno para comprobar si era cierto lo que se decía de él.
“Allá en la torre de la iglesia, en el centro de la ciudad, hay una mosca. ¿La ve usted?”
“No la veo, contestó inmediatamente el jóven Gauss, pero oigo el ruido que hace al andar.”

· Albert Einstein y Charles Chaplin hablaban mutuamente de las causas de sus respectivas famas.
“No es extraño que usted goce de tanta fama, pues su arte se comprende sin palabras en todo el mundo”, fueron las palabras de Albert.
“Así es, respondió Charles, y usted es igual de famoso porque a pesar de tantas palabras nadie en el mundo logra entenderlo.”

· Paul Cézanne (1839-1906) era un hombre sumamente modesto. Nunca se habría el imaginado que un día sería considerado el padre de la pintura moderna. Los fracasos durante 35 años lo habían hecho más tímido aún de lo que era por naturaleza. Regalaba sus cuadros a amigos y conocidos, los cuales apenas le daban las gracias.
Un comerciante de cuadros de París lo descubrió un día e hizo una exposición de sus cuadros, lo que constituyó una sorpresa para el mundo artístico. El viejo maestro entró en la sala de exposición del brazo de su hijo, y con lágrimas en los ojos miró con asombro sus propias obras.
“Mira -le dijo a su hijo- hasta les han puesto marco”.

· En una reunión de la corte de Berlín, un alto empleado se acercó al famoso pintor Menzel (1815-1905), para pedirle un consejo:
- “Mi hijo mayor es un artista nato. Tiene iguales aptitudes para el pincel y para la pluma. ¿Qué me aconseja usted?”
Menzel no vaciló un momento y dijo:
-En todo caso, escritor, escritor.
- ¿Y por qué cree usted eso?
- Porque el papel es más barato que la tela.

· Juan Augusto Ingres (1780-1867), pintor y francés, tenía 86 años. Un amigo lo encontró un día copiando un cuadro de Giotto.
- “¿Para qué hace usted eso?”, le preguntó sorprendido el amigo.
- “Para aprender”, respondió el maestro.

· Al señor Bernardo de Fontenelle (1657-1757), escritor y filósofo francés, preguntárosle cierto día acerca de la diferencia que había entre lo bueno y lo hermoso. Y el filósofo respondió: “Lo bueno necesita argumentos; lo hermoso, no.”


¡That´s all, amigous! Ya veremos que sigue.

Salud y mucho amor, Niko

martes, 28 de octubre de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

¡Ah, los matasanos!

Una tribu muy especial si las hay en este mundo. ¡Y muy ecléctica también! Están los pobres y los ricos, los altruistas y los interesados, los luchadores y los oportunistas, los versados y los verseros, los que son humanos y los que son demasiado humanos.
Aquí, pues, les va este homenaje a todos los médicos honestos y honorables que se han roto el culo la vida entera salvando al mundo de los resfríos, las fracturas y los taponazos en nuestras sangrientas tuberías. A ellos gracias por prolongar nuestra existencia y cobrarnos por hacerlo hasta dejarnos tiesos. Gracias por darnos esperanza, salud y alguna que otra infección intrahospitalaria. Gracias y de nada. Los queremos pero ojo con sobremedicar ansiolíticos y antidepresivos, que la billetera engorda pero más engorda la locura.
A mis viejos, especialmente. ¡Ellos sí que son legales!

· Coué, cuyos enfermos debían convencerse que estaban cada día mejores, preguntó un día a uno de sus asistentes cómo seguía el paciente.
- Mal, le contestó el médico.
- Nunca debe decir esto. Diga: el enfermo cree que está mal.
A la otra mañana se dirige Coué al asistente y le hace idéntica pregunta, a lo que éste le contesta: “El paciente cree que está muerto”.

· Un médico extranjero visita un sanatorio de Viena. Con mucho interés mira todo y lee también las tablas en las camas de los enfermos, las diversas enfermedades y sus abreviaciones, como Tbc, Appac, etc. Todo lo comprende bien, menos una que dice G.A.W. Pregunta entonces al asistente que le acompaña qué es lo que quieren decir tales iniciales.
- ¿Se trata tal vez una nueva enfermedad?”
- No, señor. Eso significa: “Sólo Dios sabe” (Gott allein weiss).

· El viejo decano Kerzl fue durante muchos años médico de cabecera del emperador Francisco José. Su trabajo no era mucho, dad la salud férrea del Monarca. Kerzl se limitaba cada mañana a saludar al emperador; siempre era recibido por éste, quien le ofrecía un sillón y un buen cigarro. Conversaban un poco hasta que entraba un ministro con una cartera rande, y entonces Kerzl se despedía con una profunda reverencia.
Un día apareció Kerzl como de costumbre, pero el empleado no quizo dejarle entrar, diciendo: “Su majestad no puede recibir hoy al médico porque se siente indispuesto y guarda cama.

· La Academia de Ciencias de Londres había negado la recepción en su seno al botánico y médico H. Hill. Éste se vengó de una manera muy singular. Bajo el nombre falso de un médico de provincia, envió a la Academia una carta en que decía: “Un marinero se quebró una pierna. Casualmente estuve presente. Junté bien las partes quebradas, las vendé con una piola y eché agua alquitranada encima. Después de poco tiempo pudo servirse el marinero de su pierna como antes”.
Mucho se discutió en caso en la Academia; unos estaban a favor, otros en contra. Hasta en los diarios se habló de tales discusiones.
Hill envió entonces otra carta a la Academia que rezaba así: “En mi anterior misiva he olvidado aclarar que la pierna del marinero era de palo”.
Ahora todo Londres reía y se burlaba de la Real Academia de Ciencias, de la cual M. Hill nunca llegó a ser “digno”.

· Un comerciante muy rico pero muy avaro, se presentó en el consultorio del insigne Dr. Knittel. Antes el cliente había averiguado cuánto cobraba el famoso médico por cada consulta: por la primera pedía 20 pesos, y por la siguiente 10. El avaro saludó al doctor como si fuera u viejo paciente ya conocido y le dijo: “Aquí estoy otra vez, Doctor. Tiene que examinarme de nuevo hoy”.
El médico se dio cuente de la astucia del hombre y lo examinó con toda seriedad, diciendo luego: “Amigo, siento mucho que no haya mejoría en su estado.”
Confuso, preguntó el paciente: “Y qué debo hacer, doctor?”
Knittel le dijo: Siga con el mismo tratamiento que le di la última vez.
Después le cobró los 10 pesos, y al despedirse le dijo: “Que se mejore pronto”.

· El célebre médico Frereichs hallábase en una reunión. Su vecina de mesa, una dama muy distinguida que conocía bien los méritos del gran médico, quiso consultarle gratis en esta ocasión. Con muchos detalles le contó el proceso de su enfermedad, y luego le preguntó: “¿Qué me aconseja en este caso, doctor?”
A lo que el interpelado contestó con toda tranquilidad: “Vaya a consultar a un buen médico”.

· S.F. Cristián Hahnemann (1755-1843), fundador de la homeopatía, recibió un día la visita de un rico caballero inglés que necesitaba sus consejos. El ilustre médico lo escuchó, abrió después un frasquito y se lo puso cerca de su nariz, diciendo: “Tome el olor. Bien, está curado.”
El asombrado cliente preguntó cuánto le debía, y Hahnemann dijo: “Mil francos.”
El inglés sacó su cartera, tomó un billete de mil francos y se lo puso al médico debajo de la nariz, diciéndole: “Tómele el olor. Bien, está pagado.”
Y se fue.

· Mientras comía pescado, le queda al señor Miller una espina en la garganta. Rápidamente llaman al médico de la familia, el Dr. Berdenhever. Miller está en peligro de asfixiarse. Urgentemente acude el famoso especialista y con un gesto acertado extrae el “corpus delicti”. Gran alegría reina en la familia, y el señor Miller está entusiasmado con el médico. Lo acompaña hacia el coche y al abrirle la puerta le pregunta cuánto le debe enviar por su trabajo. “Mire, le dice el médico, la tercera parte de lo que usted estaba dispuesto a pagar cuando tenía la espina adentro.

· El Dr. Kussmaull (1822-1902) fue llamado para asistir una señora enferma que estaba bastante grave. Encontrase en casa de la paciente con el médico de la familia y unos cuantos parientes que, como sabía, esperaban una buena herencia. El médico los hizo salir a todos menos a su colega, y examinó detenidamente a la mujer.
Al retirarse el Dr. Kussmaull, uno de lo presentes le preguntó cómo seguía la enferma. El médico dijo: “Prepare con cautela a la familia… la señora pronto estará bien.”

· El famoso profesor de anatomía de Munich, Rüdinger, encontró un día a un estudiante que trabajaba con un bisturí muy poco afilado, reprimiéndole por esto. El estudiante se sintió ofendido y le dijo con cierta burla: “No entiendo nada de afilar cuchillos o navajas. Yo no he sido barbero (Rüdinger lo había sido antes).”
“Ya lo creo, replicó el profesor, si lo hubiera sido, lo seguiría siendo hoy.”

· EL célebre Pasteur tuvo una cuestión enojosa con Paul Cassagnac, duelista veterano, quién envió al sabio sus padrinos. Estos lo encontraron en su laboratorio, dedicado a efectuar un experimento con triquinas.
“¡Ah! ¿Ustedes me traen un desafío del señor Cassagnac?”, preguntó Pasteur sonriendo.
“Muy bien. Como yo soy el desafiado, tengo el derecho de elegir las armas, y elijo éstas.”
Así diciendo mostró a los padrinos dos trozos de salchicha perfectamente iguales.
“Uno de estos trozos contiene gran cantidad de triquina, el otro, no. Como ven, son iguales de aspecto y no se puede distinguir una de otra. El señor Cassagnac elegirá uno y se lo comerá y yo comeré el otro.
Cuando Cassagnac recibió la propuesta, su ira se apaciguó. Renunció al singular duelo y se reconcilió con Pasteur.

· El célebre médico francés Dr. Dumoulin estaba por morir. Varios colegas se hallaban presentes. De pronto se dirige a sus amigos y les dice: “Amigos míos, les dejo aquí después de mi muerte, a tres grandes médicos.”
Todos querían saber quiénes eran estos famosos médicos. Entonces Dumoulin continuó diciendo: “Estos médicos son el agua, los ejercicios y el régimen.”


Salud y mucho amor, Niko

domingo, 12 de octubre de 2008

EL COLECCIONISTA, por los tres bufones

Niko: Mis queridos lanceros, aquí estamos de nuevo con la segunda parte de nuestro compilado ezquizo-neologístico de mi sobrinillo Dalmiro.

Vincent: Gracias a todos los que esperaron pacientemente esta nueva y retrasada edición infanto-pendejil del Coleccionista.

Mitzuca: Que es lo mismo que agradecerles por impacientarse con algo que sólo nosotros podemos darles.

Niko: Sí, eso; alimenten nuestro ego, amigos. Es todo lo que en realidad queremos.

Vincent: ¡Ñam, ñam, ñam!


Sequerto (secreto)

Morto (muerto-monstruo)

Nestik (nesquik)

Hormigas (migas)

Posicional (profesional)

Choclotos (pochoclos)

¡No lo esquivas! (¡No lo escribas!)

¿Qué hije? (¿Qué dije?)

Me condufo (Me confundo)

Aúto (erupto)

La bandera de Verano (la bandera de Belgrano)

Como “viejo” de edad se dice “viejo”, para Dal alguien “joven” es también alguien “nuevo”.

Dalmi le dice a Lili: ¿Te acordás cuando te toqué la pansa y pensé que era la bolsita? (de agua caliente)
Lili dice: Dalmi, ¡hay cosas que mejor olvidar!!
Y Dalmi dice: ¡Hay cosas que no se olviiiidaaan!!!

Lili dice: Escribamos mil.
Dalmi dice: ¿Mil? ¡Eso es mucha plata!

Jugando al ajedrez con Lili.
Ella dice: Con esta pieza te estoy amenazando esta otra pieza. Dalmi, después de un rato, dice: ¿Con esta cuál amaso?

Yo le digo a Sol (una amiga de Jazmín) antes de ir a Alem (de joda), que no me pinto la boca de rojo porque voy a parecer un gato. Dalmi escucha y cuando me voy me da un beso y dice: “¿Sabes qué, Jaz? Si te pintas la boca de rojo no pareces un gato, para parecer un gato tendrías que tener toda la cara con pelos.”

En el tren.
Lili: “Vamos a ver las vacas.”
Dalmi dice: “No, mejor los canguros.”
Más tarde…
Lili: “Esta estación se llama dolores.”
Dalmi: “¿Dolores de qué?”

Dalmi en la bici. Lo está llevando Lili. Lili le cuenta que Jaz está enferma. Dalmi pregunta: “¿Qué? ¿Tiene gérmenes?”

Lili está tomando un té con edulcorante y Dalmi pregunta qué es eso. Lili le dice que es para no engordar. Dalmi dice: “¡Ah, ah, ah! ¡Yo quiero! Porque mirá (se levanta la remera y muestra su panza)”.

Le digo a Dalmi que viene Facu (novio de Jaz, a quien el pequeño admira sobremanera) en un rato. Cuando llega y escucha el auto sale corriendo y dice: ¡Hay, hay, hayyy! ¡Viene Facu! ¡Viene facu! Y sale corriendo a ponerse perfume.

Le digo: Dalmi, contame un chiste.
Me dice: No sé hacer más.

Le digo a Dalmi, jugando, que Umma (la perra) se siente mal, que llame al médico. Agarra un teléfono de mentira y llama. Dice: “Hola, sí; vengan ya que hay un perro enfermo… sí... sí… 1, 1, 5, 8, 33, 6, 44, 5, 8, 44, 5, 12, y 13, 14, 5, 7, 9 y 17. Chau.
Yo le pregunto: “¿Qué es ese número?
Y dice: “¡Nuestro número! ¡El del jardín!!!”

Hablando a la noche con Lilí: “Yo estoy triste porque extraño a Tom (un perro que se murió), darle alimento, jugar...”
Lilí dice: “Te entiendo, porque yo extraño a Praia también (otra perrita que no murió, pero que se cambió de casa).”
Dal dice: “Yo extraño más, porque extraño a Tom que no está; a Praia le falta mucho todavía...”

Dalmi: ¿Por qué hay olor a pescado?
Morena: Porque va a llover.
Dalmiro: ¿Y cuando hay olor a milanesa?

Dalmi nos cuenta en la cena que los chinos no hablan. Sólo dicen: “¡Chon! ¡Chan! ¡Sin!” Y que se entienden sólo entre ellos. Por eso en los DVD´s sólo están las opciones “Inglés” y “Español”.


Los niños y su incisiva lógica aún no contaminada… ¡A quién no le ha pasado de flashear con los pendejations de la familia y sus estrambóticas ocurrencias! Después, claro, viene el cole y su afán de hacer “picada común” con nuestras singularidades. Pero bueno; esa es otra historia. Al menos existen esos 5 ó 6 años donde no nos rompen tanto las pelotas. Algunos ni siquiera tienen ese privilegio.

En fin, como les debemos un lance –y se los vamos a seguir debiendo por ahora- decidimos agregar algunas divertidas recomendaciones en esta sesión del Coleccionista. Si esto le molesta a algún purista remilgado incapaz de aceptar cambios en su rutina, le recomiendo que se fabrique una ballesta estilo francesa, coloque una flecha en la posición de disparo y acabe con su vida de una vez por todas.
Pero no creo que a nadie le moleste, la verdad. Sólo que me gustó el chiste tonto de la ballesta y no lo quise censurar. Ya saben lo pavote que puedo llegar a ser.

Películas:

  • Network (peliculón de los 70 que te rompe la cabeza)
  • Zeitgeist (peli polémica e independiente que anda circulando por la net y te tira una data re grossa)

Ambas son un excelente punto de partida para el debate mental, tanto interno como social. ¡Dale un respiro a Styler y copate con estas, papaaá!

*-FLIA-*
9na. Feria del Libro Independiente y Alternativa Sábado 18 de Octubre de 12 a 00 hs.
La Nueva Esperanza -Fábrica de globos recuperada-
Marcos Paz 2561 - Villa Devoto
Entre Marcos Sastre y Santo Tomé, a una cuadra de Av. Segurola
Bondis que llegan: 47 - 107 - 109 - 124 - 53 - 85 - 114 - 135


Saludito saludón, yo, él y él.

viernes, 26 de septiembre de 2008

EL COLECCIONISTA, por Niko Gadda Thompson

Compilado XII

Esta edición del Coleccionista es muy especial para nosotros porque está dedicada a -y sostenida por- la natural inventiva de uno de los niñacos más queridos por los tres bufones.
Se trata de Dalmiro Campos, un marplatense de pura cepa que anda por estos pagos existenciales hace no más de 6 abriles. Curioso, inquieto y asfixiante como todo niño sano de su generación, Dalmiro es un referente perfecto de la mente infantil y su vehemente capacidad –muchas veces inconsciente- para las formaciones, transformaciones y deformaciones del lenguaje hablado.

Aquí, entonces, un compilado de sus más dignas ocurrencias reunidas todas ellas por la tía Jazmín -joven promesa ella misma- quien supo apreciar estos divertidos neologismos y demás piruetas de la lengua lo suficiente como para estarse atenta durante años, pescarlos al vuelo y después documentarlos. “Bravo, querida”, le decimos desde aquí, ¡y que viva la celebración de toda nueva creación!


Compilado – primera parte:

¿Te tiro el jueguito? (¿te tiro el cuerito?)

Me couiqué (me equivoqué)

La quempu (la compu)

Auamar (el mar)

Motosiqueta (motosicleta)

Rangers magos (reyes magos)

El contol de moto del “bi-hi-ip” (el control remoto del Dvd)

Afafor (alfajor)

Perrón (perdón)

¡Perron y las pelotas! (¡Perdón, las pelotas! enojado)

Paya (playa)

Merdia (mierda)

Jaz dice: “¡Sí, posta!”
Dalmi dice: ¿Posta? ¿Posta qué? ¿Qué es posta?
Jaz dice: “Posta” es “de verdad”.
Dalmi dice: ¡Ahhh! Es “de verdad” en inglés.

"¡Qué lindo el coso este de cocina!" (en el baño, hay un pañuelo pegado en el azulejo y el niño lo ha asociado con una fina decoración que vio en la cocina de su abuela).

¿Qué es esto? (muestra un abrojo con diamantes que tenía una pantufla que parece una ojota y se lo saqué).
¡Es una joya!, le digo.
¿Me lo regalas o te sirve?
Y yo le digo que lo deje ahí o se va a perder.
Me dice: “Pero, Jaz; esto es más que una jota. Es mejor que una de esas jotas comunes.

“¡Jaz! ¡Jaz! ¡Sabes cuánto peso?”, me grita desde arriba. “¡Cincuenta! ¡Un cinco con un cero!”
Yo le digo que es mucho.
Me dice: “Sí, mira”, y se para con un metro al lado.

Felipe (el padre) se va afuera y es de noche. Yo estoy en el living. Dalmi quiere seguir a Feli e irse afuera. Yo le digo: "¡Dalmi, no te vayas! ¡Quedate conmigo que le tengo miedo a los sapos!" (Jaz tiene una dramática e insistente aberración por estos animalillos). El niño vuelve. Se queda parado en la puerta. Respira y me dice: "Jazmín... ¡Los sapos no exissstennn!!!!"

Estamos cenando. Dalmi dice: “Ay, recién vuelvo del mundo del chocolate”.

Adulto X: “Dalmi, atendé el teléfono.”
Dalmi: "¡Pero no se leer!" (en la casa, antes de atender el teléfono, todos revisan primero el número que les da el identificador).

Dice Jaz: “Dalmi, ¿querés venir a bailar a Alem conmigo hoy?”
Dice Dal: "Mmm... dejame que estoy con un cuchillo en la mano.”
(Alem es uno de los points más partuceros de la feliz)

Le digo: Dalmi, ¡sabés cómo se llama tu jardín?
Me dice que no.
Le digo: “Instituto Argentino Modelo”.
Me dice: ¡Noooo!! Es el mismo al que fui cuando tenía tes anios. Que no se llama "Ingistuno Maeno"; se llama “Agentino Moelo”.

Estamos cenando. Pregunta el niño: "Qué es un cacerolaso?" Le digo que es una reunión de la gente que se junta para quejarse del gobierno. Me dice: "Ahhh, a mi mamá y a Victor (actual pareja de la madre) les gusta el gobierno porque lo miran siempre. A mi me aburre..."

Me da un libro (mío): "Si veo ver que esta robado no te hablo más si veo ver que es robado, ¿eh? Hasta mañaanaaaa! ¡Uhhhiiiiii!"

Jugando a que es el profesor y toma lista:
¿Lili?
Presente
¿Jazmin?
Presente
¿Mohena?
No vino, profe.
Y dalmi dice: No, cuando no vienen tienen que decir “despresente"
(Lili es la abuela y Morena es la otra tía)

Yo le digo a mi mamá algo de la "concha".
Aparece Dalmi y me dice: "¿Qué concha? ¿La concha de la loa?"
Y le digo: "¡Nooo, eesssta concha!!", así bien guarango, señalándole mi entrepierna.
Me dice: “¡No! ¡Si esa es la rayita!”

Les dejo la segunda parte de esta fabulosa selección para el próximo capítulo del Coleccionista, muchachos, pues no quiero que se me empachen con tanto material junto.

Salud y mucho amor, Niko