viernes, 29 de agosto de 2008

EL COLECCIONISTA, por Mitzuca Chinycó

Compilado IX

La vagancia no se cansa de asombrarnos con sus pícaras estratagemas. Y es por eso que aún no hemos podido terminar el lance hebdomadario que hace tanto les debemos. Como verán, la vagancia es mala. ¡Mala vagancia! ¡Sit! ¡He dicho “sit”! Ah, ¿ni pelota? ¡A la cucha, perra sucia! Meándose en la alfombra de la laboriosidad… ¡qué cosa esta vagancia!
En fin, hasta ahora veníamos haciendo “lance – coleccionista – lance – coleccionista” y así todo muy prolijito, pero ya ven: romperemos –también- esta regla, más por falta de rigor productivo que por meditada rebeldía. Así y todo, y ahora que lo pienso, es una regla bastante estúpida.

Aquí les va, entonces, una ‘compilasáun’ de cuestionamientos religiosos provenientes de los más díscolos pensadores.

Atención: No apto para creyentes impresionables:

· Las mentes teológicas se ocupan tanto de la salvación, y tan poco de la felicidad, que todo lo que nos pueden decir sobre el futuro es que habrá un cielo muy vago, y cuando les interrogamos acerca de lo que haremos allí y como seremos felices en el cielo, solo tienen ideas de las más vagas, como lo de que cantaremos himnos y usaremos túnicas blancas…
¿Hemos de pugnar y bregar cuando estemos en el cielo, como deben presumir, estoy muy seguro, los que creen en el progreso y el espíritu de empresa? Pero, ¿cómo podemos pugnar y progresar, si ya seremos perfectos? ¿O vamos a holgazanear y a no preocuparnos, y nada más? En ese caso, ¿no sería mejor que aprendiéramos a holgazanear en esta tierra, como preparación para nuestra vida eterna? (Lin Yutang, La Importancia de Vivir)

· La idea del celibato de los clérigos me parece especialmente buena porque tiende a eliminar cualquier propensión hereditaria al fanatismo. (Carl Sagan, Contacto)

· En lo que respecta al núcleo central de la mayoría de las religiones, es decir la existencia de la propia divinidad, el problema no estriba en que yo no pueda saber si existe o no existe sino en que ni siquiera resulta comprensible qué es lo que ha de existir o no. (Fernando Sabater, Diccionario Filosófico)

· Pues hay que admitir que aunque Cristo no fuera más que el sujeto de una gran leyenda, el hecho de que esta leyenda haya podido ser imaginada y querida por estos bípedos sin plumas que solo saben que nada saben, sería tan milagroso (milagrosamente misterioso) como el hecho de que el hijo de un Dios real fuera verdaderamente encarnado. Este misterio natural y terreno no cesaría de turbar y hacer mejor el corazón de quien no cree. (Humberto Eco, ¿En qué creen los que no creen?)

· Donde no percibas ningún lamento sobre la mortalidad y sobre la condición de miseria del hombre, tampoco sentirás ningún canto en loor de los dioses inmortales y felices. Solo las lágrimas del corazón humano que se evaporan hasta el cielo de la fantasía, dan origen a la formación nebulosa del ser divino. (Feuerbach, La Esencia de la Religión)

· A cada minuto me pregunto lo que podría ser yo a los ojos e Dios. Ahora sé la respuesta: nada. Dios no me ve, Dios no me oye, Dios no me conoce. ¿Ves ese vacío por encima de nuestras cabezas? Es Dios. ¿Ves esa brecha en la puerta? Es Dios. ¿Ves ese hueco en la tierra? También es Dios. El silencio es Dios. La ausencia es Dios. Dios es la soledad de los hombres. Estaba yo solo; yo solo decidí el Mal; solo, inventé yo el bien. Fui yo quien hizo trampa, yo quien hizo milagros, yo quien me acuso hoy, solo yo puedo absolverme; yo, el hombre. Si Dios existe, el hombre es nada; si el hombre existe... (Goetz, El diablo y Dios, Sartre)

· No os habíais buscado aún a vosotros mismos: entonces me encotrasteis. Así hacen todos los creyentes; por eso vale tan poco la fe. (Nietzsche, Así habló Zarathstra)

· Porque si los hombres creen que esta tierra es el único cielo, tanto más procurarán hacer un cielo de ella. (Sir Arthur Keith)

· La superstición es la ilusión de lo permanente. (W. Allen, Deconstructing Harry)

· Dios es negra. (Alan Watts)


Y Mitzuca un capo.

Que el barba los bendiga, Mitzuca.

No hay comentarios: